El Departamento de Transportes de Estados Unidos está estudiando prohibir los cigarrillos electrónicos a bordo de los aviones.
Los cigarrillos electrónicos, que se «ofrecen» como la alternativa para poder fumar donde está prohibido parece que no son tan inofensivos como parece.
Por una parte, parece que sendos cargamentos de pilas de litio, similares a las empleadas en estos, fueron el origen de dos incendios en dos Boeing 747 de carga que se estrellaron, y un incendio en un centro de procesado de paquetes de Fedex poco antes de que dicho envío, mal etiquetado, fuese cargado en un avión.
Por otra parte, según el Departamento de Transportes de EE.UU., los cigarrillos electrónicos, aunque no «arden» sí pueden emitir gases que resulten peligrosos para otros pasajeros y por ello podrían prohibirlos en los aviones.
Los cigarrillos electrónicos cuentan con un depósito de nicotina líquida con algunos aditivos. Entre ellos glicol de propileno, un aditivo alimenticio. Este líquido se calienta evaporando la nicotina para que sea aspirada como en un cigarrillo tradiconal. Bien, pues el glicol de propileno parece, según algunos estudios médicos, que puede afectar a las vías respiratorias de algunas personas de forma grave.
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