Estados Unidos está estudiando llevar un paso más allá su prohibición de transportar equipos electrónicos como equipaje de mano en los vuelos procedentes o con destino a una decena de países islámicos.
El pasado mes de abril Estados Unidos y Reino Unido prohibían que los pasajeros procedentes de una decena de países islámicos (en África y Oriente Medio) transportasen como equipaje de mano dispositivos electrónicos mayores de un teléfono móvil. Esto afectaba por ejemplo a PC portátiles, tablets, cámaras de foto y vídeo, consolas de videojuegos, lectores de DVD, y libros electrónicos. Sólo sí se trataba de un dispositivo médico se podía llevar un aparato electrónico en la cabina de pasaje. Todo lo demás debería ir dentro del equipaje facturado. La razón dada era que terroristas islámicos podían esconder dentro de ellos explosivos para que explotasen en vuelo.
Tras esta prohibición, otros países, como Australia comenzaron a estudiar la posibilidad de adoptarla.
Sin embargo, esta situación podría extenderse pronto a todos los vuelos en todo el mundo, para gran deleite, sin duda, de los fabricantes de equipajes y de equipos electrónicos, que “tendrán” que lanzar nuevas gamas de productos para proteger estos equipos de los rigores del transporte en las maletas facturadas, y desesperación de las empresas de seguros, que, aunque comiencen a cobrar primas extras, verán crecer lo que tengan que pagar por la desaparición o daños en dichos dispositivos.
Poco después del 11S, en una revista estadounidense de aviación publicaba un artículo que podía parecer ciencia ficción entonces, pero que ahora parece cada vez más una posibilidad real.
En él se hablaba de que, en función de las nuevas normas de seguridad que se implantaron en aquel momento, que quizás en el futuro los pasajeros deberían presentarse en el aeropuerto una semana antes del vuelo. Allí facturarían para el mismo, y serían trasladados a una especie de cárcel, tipo Guantánamo, donde se les darían unos monos para vestir mientras las autoridades investigaban toda su vida y revisaban todos y cada uno de los objetos contenidos en sus maletas y equipaje de mano, todo para localizar y evitar cualquier amenaza a la seguridad del vuelo.
Aunque puede parecer una exageración lo cierto es que los inconvenientes a los que se someten a los pasajeros aéreos en nombre de la seguridad (nada que ver por ejemplo con la seguridad en el AVE en España pese a los atentados en los trenes del 11M), son cada vez mayores, lo que hace que muchos usuarios potenciales del transporte aéreo se lo piensen sí pueden usar medios alternativos de transporte o incluso, si hablamos de reuniones de trabajo, recurrir a videconferencias.
ACTUALIZACIÓN
La Unión Europea se ha negado a adoptar la medida anunciada por Estados Unidos de prohibir también los dispositivos electrónicos mayores de un teléfono en las cabinas de los aviones que vuelen a y desde Estados Unidos. Al mismo tiempo, las asociaciones de pilotos de Holanda y Reino Unido han levantado su voz contra estas medidas, señalando que pueden suponer un riesgo todavía mayor. Por ejemplo las baterías de litio de estos equipos, que han recordado que está prohibido su transporte en bodega dentro de los equipajes facturados por el peligro de incendio que suponen «En caso de un cortocircuito de estas, en la cabina de pasaje se puede detectar enseguida este problema y la tripulación actuar en consecuencia de una forma rápida antes de que se conviertan en un peligro incontrolable«. En este punto han recordado que al menos en dos informes de accidentes aéreos se cita un fuego en baterías de litio en la bodega como, al menos, factor contribuyente al accidente. También han señalado que el que los viajeros de negocio no puedan llevar sus portátiles en el vuelo puede suponer un aliciente para que no viajen; y finalmente, han recordado que una bomba también puede ser detonada en la bodega de equipajes.
EEUU se va a quedar mas solo que la una