La recientemente inaugurada Delta One Lounge del Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York pretende evocar las experiencias más representativas de la ciudad.
Situada entre los Pasillos A y B de la Terminal 4, junto al principal punto de control de seguridad, Delta One Lounge, de más de 3.700 metros cuadrados, la más grande de Delta Sky Club, ofrece una espectacular variedad de experiencias y servicios para el viajero de primera clase: desde restaurantes de lujo hasta tratamientos de bienestar a servicios de aparcacoches. Los pasajeros con un billete Delta One pueden utilizar los servicios de la sala VIP en función de las necesidades.
«Nuestros equipos no han escatimado en detalles para garantizar que los pasajeros de la Delta One Lounge disfruten de una experiencia verdaderamente memorable», afirma Claude Roussel, Vicepresidente de Delta Sky Clubs y Lounge Experience. «Esta sala sube el listón en todos los aspectos, desde el mobiliario, decoración y servicios básicos hasta las propuestas de comida y bebida, pasando por el nivel de servicio personalizado. Queremos que nuestros clientes sientan la diferencia; que se sientan bienvenidos y valorados desde el momento en que cruzan la puerta».
El ambiente de Delta One Lounge recrea el estilo de Manhattan: los clientes podrán entrar y olvidarse de que están en un aeropuerto. El Lounge presenta guiños a lugares famosos de la Gran Manzana, con sorpresas tanto para los neoyorquinos como para los entusiastas del diseño y los icónicos hilos superpuestos del puente de Brooklyn inspiran la lámpara suspendida del comedor.
Por otra parte, la asociación de Delta con la firma de moda Missoni también se refleja en la Sala VIP, con toques de diseño como cojines, jarrones y libros de sobremesa con el característico diseño en zigzag de la casa italiana.
Por su parte, los amantes de la buena mesa cuentan con un restaurante Brasserie de 140 plazas. Además de los Restaurant Associates y Union Square Events (un concepto de Danny Meyer) han colaborado para elevar la experiencia culinaria, con platos como Hamachi crudo, steak tartare y lasaña boloñesa.
La zona de bienestar, por su parte, está equipada con nueve cabinas de relajación reservables con sillones de masaje de cuerpo entero y sillones de siesta, tratamientos de terapeutas certificados por Grown-Alchemist y mucho más.
Además, si algún pasajero necesita refrescar tras un viaje transatlántico es un buen momento, puede utilizar una de las ocho suites de ducha, equipadas con toallas, albornoces y zapatillas y productos Grown Alchemist. Como parte del servicio, el cliente puede dejar sus prendas en el armario de la suite; un trabajador las limpiará con vapor y/o les sacará brillo y las devolverá tras la ducha.
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