Las negociaciones que habían retomado controladores aéreos y AENA se rompieron ayer noche sin llegar a ningún acuerdo. La solución del conflicto queda así en manos del mediador nombrado a tal efecto, el ex ministro de Trabajo, Manuel Pimentel.
Tras un día de negociaciones, AENA y el sindicato de controladores USCA rompieron las negociaciones, lo que obliga a la intermediación de Manuel Pimentel, ex-ministro de Trabajo que fue la persona elegida como mediador tanto por AENA como por USCA.
Las principales diferencias en esta ocasión, y que han provocado la ruptura de las negociaciones, estriban en la jornada y reparto de la masa salarial (una media de 200.000 euros). AENA sigue manteniendo las 1.670 horas de actividad aeronáutica y la posibilidad de establecer cuatro niveles (entre 1.200 y 1.500 horas) según las dependencias, pero, cuando haga falta trabajar más, se paguen las horas como ordinarias. El USCA quiere rebajar la actividad a 1.440 horas, que según los representantes del sindicato de controladores es muy superior a la media europea.
El acuerdo que será la base para la firma del II Convenio Colectivo de los trabajadores de control del tráfico aéreo de los aeropuertos de la red AENA tendrá que esperar al 28 de febrero, fecha límite dada por AENA para cerrar las negociaciones.
Esta ronda de negociaciones fue lo pactado para acabar con el estado de alerta decretado por el Gobierno en diciembre, tras el abandono en masa de los controladores aéreos de sus puestos de trabajo en el puente de la Constitución, que acabó el pasado 15 de enero, y que provocó por primera vez en la historia de la democracia española la militarización de las torres de control.
Añadir comentario