Cuando los vuelos de prueba del Boeing 787 Dreamliner parecían haber tomado velocidad de crucero, los técnicos de Boeing tuvieron que ordenar el 24 de junio el alto de los mismos al detectarse problemas de fabricación en los estabilizadores horizontales, en concreto se trataba de espaciadores mal instalados y problemas de apretado de los pasadores asociados.
Tras tres días de paralización, los ensayos en vuelo con los Boeing 787 Dreamliner fueron reiniciados el 27 de junio. Boeing estimaba que necesitaría unos ocho días de trabajo por avión en el caso de encontrarse daños en los estabilizadores que son fabricados en Italia, si bien, en los Boeing 787 Dreamliner en vuelo se estimaba que dichas revisiones llevarían entre dos y tres días. Boeing también anunció que esto no debía influir en el calendario de certificación y entregas.
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