La antigua aerolínea de bandera checa, Czech Airlines, CSA, ha solicitado concurso de acreedores ante la negativa de su gobierno de rescatarla.
Czech Airlines, CSA, la quinta aerolínea más antigua del mundo (fue fundada el 6 de octubre de 1923 como Československé Státní Aerolinie — Aerolíneas estatales checoslovacas— ha solicitado solicitud de reorganización según la Ley de Insolvencia, en el Tribunal Municipal de Praga (equivalente al concurso de acreedores español) y está procediendo al despido de sus 430 empleados.
KLM (1919), Avianca (1919), Qantas (1920), y Aeroflot (1923) son las cuatro que la preceden en antigüedad.
Según explican desde la aerolínea, “La solicitud de reorganización se interpuso debido a la finalización de la moratoria extraordinaria y después de agotar todas las posibles vías para resolver la desafiante situación financiera causada por la crisis global de la aviación derivada de la pandemia COVID-19”.
De haber llegado a esta situación se acusa directamente al Gobierno checo ante su negativa a ayudar a la aerolínea y a su matriz: “A pesar de las recomendaciones de la Comisión Europea y de la Asociación de Transporte Internacional (IATA), CSA no recibió ningún apoyo financiero del Gobierno en contraposición a sus competidores directos que sí recibieron dicho apoyo de sus respectivos gobiernos, de conformidad con la recomendación de la Comisión Europea y, por lo tanto, la aerolínea se enfrentó a una competencia desigual y desleal. El estado checo se negó a participar en el rescate de CSA siendo la quinta aerolínea más antigua del mundo y a pesar de que los accionistas declararon estar dispuestos a recibir dicho apoyo financieros para CSA.
Desde el 28 de agosto de 2020, Czech Airlines y su empresa matriz Smartwings han estado solicitando al gobierno checo que implemente el programa de compensación COVID-transporte aéreo al igual que otros programas gubernamentales como COVID-Bus, COVID- Alojamiento o COVID-Turismo. CSA y Smartwings han pedido al gobierno de la Republica Checa apoyo financiero para cubrir 7.198 vuelos cancelados durante el estado de emergencia en el periodo comprendido entre el 14 de marzo de 2020 y el 24 de mayo de 2020, fechas en las que CSA fue obligada a suspender sus operaciones. La justificación a la falta de apoyo financiero, se basa en que no es posible diseñar una compensación para una sola empresa, dato que carece de lógica y que está en contradicción con el apoyo brindado a las aerolíneas en otros países”.
El Grupo Travel Servicie, propietario de la aerolínea del mismo nombre y de Smartwings (nombre que después adoptó) adquirió, en octubre de 2017, el 44 por ciento que Korean Air tenía en CSA, así como el 19,7 por ciento del Gobierno checo, pasando a controlar en ese momento el 97,74 por ciento de CSA, quedando el 2,26 por ciento restante en poder de la aseguradora checa Česká Pojišťovna. En aquel momento el 49 por ciento de Travel Service era propiedad de CEFC China Energy, una de las diez mayores empresas chinas. Tras la crisis económica de esta, sus acciones pasaron a CITIC Group Corporation, empresa de inversiones propiedad del Gobierno chino.
En marzo de 2020 la ministra de Finanzas Alena Schillerová propuso la compra de la aerolínea por el estado.
Desde Smartwings señalaron que “El funcionamiento de ambas empresas continúa ininterrumpidamente y CSA y Smartwings continúan operando sus vuelos programados”; y que “La propuesta de reorganización es la última opción para salvar la empresa, a menos que el gobierno de la Republica Checa reconsidere su enfoque”.
Desde que se inició la pandemia del SARS-CoV-2 CSA y Smartwings han despedido ya a más de 600 empleados, mientras que, en el caso de CSA, además, ha perdido 1.570 millones de coronas checas (algo más de 60 millones de euros), con una caída de los ingresos que ronda el 20 por ciento respecto a 2019.
En 2020 las aerolíneas del Grupo Smartwings transportaron 1,3 millones de viajeros, lo que supuso una caída del 83,7 por ciento respecto a 2019.
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