AeroSHARK es el nombre que Lufthansa y BASF han dado a un nuevo recubrimiento para aviones que permitirá reducir el consumo de combustible en un 1 por ciento.
Más de 20 años después de que Airbus y 3M probasen un recubrimiento especial en que recordaba a la piel de un tiburón en diversas superficies de varios aviones, Lufthansa Technik y BASF recuperaron la idea y desde 2022 los Boeing 777F de Lufthansa Cargo contarán con un recubrimiento que ayudará a reducir su consumo de combustible.
Desde hace décadas se sabe que una forma de reducir la resistencia aerodinámica por el movimiento turbulento del aire sobre un objeto que se mueve por el aire consiste en la colocación de los denominados generadores de vórtices. Esto mismo es aplicable a la hidrodinámica. Muchos barcos de regata la han usado durante años.
A principios de los años noventa, en Airbus probaron una variante de este sistema en forma de una película adhesiva con “valles y montañas”, denominados riblets, para encauzar el aire.
Esta se llegó a usar en varios Airbus A340-300 de Cathay Pacific en sus operaciones regulares desde 1996 y cubriendo un 30 por ciento del fuselaje. Se logró una disminución de la resistencia aerodinámica de la superficie exterior del avión de entre el 5 y el 8 por ciento, lo que se traducía en una disminución de la resistencia total en torno al 3 por ciento.
Ahora, como decimos, Lufthnsa Technik, la división de mantenimiento de Lufthansa y la química alemana BASF han anunciado que han logrado un “avance en el marco de un proyecto conjunto. AeroSHARK, una película superficial que imita la fina estructura de la piel de un tiburón”. Ambos socios estiman que los Boeing 777F de Lufthansa Cargo equipados con este recubrimiento podrán reducir su consumo en un 1 por ciento.
En 2016, cuando ambas empresas ya anunciaron este producto, estimaban que esa reducción de consumo se podía traducir en un ahorro de 55 millones de euros anuales en combustible y más de 200.000 toneladas de CO2 no emitidas cada año por avión. Ahora, Lufthansa calcula el ahorro anual en unos 3.700 Tm de keroseno y algo menos de 11.700 Tm de CO2 no emitidas para su flota de diez aviones del modelo. Según Lufthansa esto equivale a 48 vuelos cargueros entre Frankfurt y Shanghai.
Los trabajos habían comenzado dos años antes bajo el nombre de programa FAMOS dentro del Quinto Programa de Investigación Aeronáutica financiado por el ministerio federal de Economía, e incluían un brazo robot para aplicar el recubrimiento en la superficie del avión de forma automática.
El recubrimiento que se aplicará a los Boeing 777F durante tareas regulares de mantenimiento, contará con riblets de unos 50 micrómetros (unos dos tercios del grosor de un cabello humano).
Para la operación comercial de los B-777F con AeroSHARK, Lufthansa Technik deberá obtener de EASA un certificado de tipo suplememtario.
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