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Aviones militares Defensa

Ataque de Estados Unidos a Irán

Lanzamiento de pruebas de una GBU-57 desde un B-2.
Lanzamiento de pruebas de una GBU-57 desde un B-2.

Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares de Irán durante la noche de 21 de junio. Para el ataque se utilizaron seis bombarderos furtivos B-2.

Dotados cada uno con dos bombas antibunker GBU-57, los bombarderos Northrop B-2 de la USAF completaron una misión de cerca de 37 horas, saliendo de su base en Missouri, siendo repostados varias veces durante la misión. Volaron sobre el Atlántico y el Mediterráneo antes de regresar a su base por el mismo camino apoyados por diversos aviones cisternas y siendo escoltados por cazas de la USAF y en parte por otros de la Fuerza Aérea de Israel.

Mientras, otro grupo de B-2 volaba públicamente sobre el Pacífico en lo que se ha tomado como una maniobra de diversión.

Los B-2 atacaron las instalaciones de enriquecimiento de uranio iraní en Fordow, cerca de Qom, y Natanz; mientras que este último objetivo y otras instalaciones en Isfahan fueron atacadas con 30 misiles crucero Tomahawk lanzados desde submarinos.

Esta es la primera utilización operacional de las GBU-57. Estados Unidos ha utilizado aproximadamente dos tercios de sus existencias de la bomba antibunker.

El Tomahawk es el misil crucero normalizado en la Marina estadounidense. En servicio desde 1983, pude ser armado con una ojiva nuclear, o convencional de hasta 450 kg. Tiene un alcance de entre 1.000 y 1.600 kilómetros según versiones. Puede ser lanzado verticalmente desde buques y submarinos, o desde tubos lanzatorpedos.

La GBU-57 es una bomba que contiene 2.082 kg de exlosivo AFX-757 y 341 kg de explosivo aglomerado con polímero PBXN-114, para una carga explosiva total de 2.423 kg. Estos explosivos aglomerados con polímero de alto rendimiento están optimizados para una detonación controlada en espacios confinados. La carcasa de la bomba está fabricada con una aleación de acero Eglin de alta densidad, diseñada para resistir las tensiones extremas de la penetración profunda antes de la detonación.

Para garantizar la precisión emplea una combinación de guía GPSe inercial. Durante el vuelo, la bomba se estabiliza mediante aletas de rejilla, que ayudan a mantener la trayectoria y permiten ajustes durante el vuelo. La sincronización de la detonación es gestionada por una espoleta inteligente de gran penetración, que ajusta el momento de la explosión en función de la profundidad del impacto y las características de la estructura subterránea.