Con muchas previsiones sin cumplir, el Plan Director de Sistemas Espaciales está siendo sometido a revisión y actualización bajo el liderazgo de la DGAM.
La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) ha abierto un proceso de revisión del Plan Director de Sistemas Espaciales que publicó en octubre de 2015.
Tres años después de ver la luz, los retrasos en las tomas de decisiones políticas, los varios años de demora en la entrada en servicio del satélite espía radar SAR Paz, la lenta evolución del Servicio Publico Regulado para aplicaciones gubernamentales de la constelación Galileo de la Unión Europea ‒incluidas las de seguridad y defensa‒ y la notable implicación efectiva del Ejército del Aire en los Sistemas de Seguimiento y Vigilancia Espacial SST y S3T han aconsejado al almirante Santiago González Gómez ‒nombrado director general de la DGAM el pasado mes de abril‒ a someter el citado Plan Director a una profunda revisión.
Impulsado por el teniente general Juan Manuel García Montaño ‒responsable de la DGAM de septiembre de 2012 a abril de 2018‒ y con el visto bueno del entonces secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, la crisis económica, diversas incidencias ajenas al ministerio y los cambios de gobierno minaron la aplicación efectiva del recién nacido documento programático en muchas de las acciones que debían de haberse tomado hasta 2017, lo que en el Plan Director se considera como corto plazo.
En esencia, el Plan Director de Sistemas Espaciales actualmente en vigor contempla un conjunto de hechos y acciones que pretenden mantener operativas las capacidades espaciales existentes y adquirir las que se consideran necesarias hasta el horizonte de 2030. Por ejemplo, indica que el satélite radar Paz estará “operativo en 2016”, pero no ha sido posible hasta septiembre de 2018.
En el campo de la observación óptica de la Tierra, estima que el satélite espía Helios 2A será dado de baja en 2019 y, por tanto, subraya “la puesta en marcha a corto plazo (hasta 2017) de un programa nacional para cubrir a partir de 2020 la capacidad óptica de alta resolución que permita alcanzar la autonomía estratégica”.
Como alternativa, el documento de Defensa cita “la posible participación de España en CSO como sustituto de los Helios 2”. Pero hasta la fecha no hay tomada ninguna decisión al respecto.
En lo que respecta a las capacidades de comunicaciones militares por satélite que utiliza el ministerio de Defensa, se puntualiza que los satélites Xtar-Eur e Spainsat dejarán de prestar servicio “alrededor de los años 2020-2021”, lo que, según el Plan Director “requiere abordar un relevo generacional que permita garantizar la continuidad de las comunicaciones seguras en los teatros de operaciones previstos”.
Sin embargo, Defensa mantiene en su documentación que el primer satélite Spainsat Nueva Generación será puesto en órbita en el segundo trimestre de 2022. Por el momento, nada se ha dicho sobre los planes del ministerio para abordar durante un año o más la falta de comunicaciones nacionales encriptadas.
Las necesidades de financiación del ministerio de Defensa para satisfacer las necesidades operativas espaciales que recoge el Plan Director en el horizonte 2016-2030 ascienden a 1.740 millones de euros, de los que el 46% corresponden a comunicaciones, el 32% a observación de la Tierra y el 22% a navegación y posicionamiento. Y de los 1.740 millones, el Plan Director señala que “el 27% está previsto que se realicen en el marco de programas de cooperación internacional”.
No cabe duda que la evolución del escenario nacional e internacional, así como la falta de cumplimiento de las previsiones han aconsejado la revisión y actualización de los datos, acciones y plazos que contiene el Plan Director de Sistemas Espaciales de octubre de 2015.
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