La nueva ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho una alusión a los partidos con representación parlamentaria para alcanzar un consenso y aprobar el equivalente a una Ley Plurianual de Inversiones para la modernización de los sistemas de armas e infraestructuras de las Fuerzas Armadas.
En su primera comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso, la nueva ministra de Defensa, Margarita Robles, ha insistido en repetidas ocasiones que su departamento es un “ministerio de estado”, que las Fuerzas Armadas “deben quedar fuera de las luchas partidistas”, y que uno de sus objetivos es “reforzar la capacidad de defensa propia y hacerla creíble para que contribuya a la disuasión”.
“Hemos de potenciar las capacidades militares, renovando el equipamiento necesario y garantizando en suma la disponibilidad de las Fuerzas Armadas ‒ha puntualizado la ministra ‒, pero no se puede hacer con urgencias”.
Tras reconocer que las Fuerzas Armadas españolas “han sufrido un proceso de desinversión durante la última década”, Robles ha puesto el acento en que “parece conveniente alcanzar una estabilidad presupuestaria que facilite una adecuada planificación de las dotaciones y sostenimiento de las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas”, lo que a criterio de la ministra “debería redundar en el cumplimiento de sus misiones para el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo”.
Sin hacer alusión directa y clara a establecer el equivalente a un Plan de Inversiones de la Defensa a Largo Plazo o Ley de Programación Militar ‒como es conocida en Francia- la nueva titular de la cartera de Defensa ha querido subrayar que “se precisa un planeamiento y una estabilidad que garanticen la disponibilidad de medios en tiempo y en forma”, lo que debe hacerse “en el ámbito de un compromiso presupuestario estable y duradero”.
SIN NOTICIAS DE LOS PROGRAMAS PRIORITARIOS
Sin embargo, pese a las preguntas de los portavoces del Grupo Parlamentario Popular y de Ciudadanos, Ricardo Tarno y Javier Cano, respectivamente, la ministra eludió pronunciarse sobre si está en su ánimo dar luz verde a las grandes asignaturas pendientes y urgentes en capacidades militares que tienen las Fuerzas Armadas. Todas ellas responden a capacidades ya priorizadas pero no cubiertas que reclama el Estado Mayor de la Defensa para mantener la operatividad de las unidades militares.
Las citadas urgencias priorizadas son un conjunto de sistemas de armas, entre los que se encuentra el tanquero MRTT y el relevo del entrenador CASA C-101, cuyas adquisiciones son de suma importancia para la operatividad del Ejército del Aire y la adecuada formación de sus pilotos.
También está pendiente dar el visto bueno para la transformación a la versión Foxtrot del helicóptero CH-47 Chinook, el desarrollo del Vehículo de Combate de Ruedas 8×8 y el nuevo concepto de Brigada 2035 para el Ejército de Tierra y, por supuesto, la aprobación de las inversiones para la construcción de las fragatas F-110 y los submarinos S-80 para la Armada, ante la prevista retirada de servicio de las unidades de la serie F-80 y los submarinos de la clase Agosta.
«Parece conveniente alcanzar una estabilidad presupuestaria que facilite una adecuada planificación de las dotaciones y sostenimiento de las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas.»
Todos los sistemas citados cuentan con sus respectivas Oficinas de Programa en el seno de la Dirección General de Armamento y Material, que están a la espera de recibir el visto bueno del nuevo secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, para poder entrar en sus fases finales de viabilidad, desarrollo o producción.
La nueva ministra ha asegurado que España “va a mantener el nivel de contribución actual a las operaciones de mantenimiento de la paz” y que continuará plenamente comprometida con el impulso y reforzamiento de la Europa de la Defensa “para desarrollar la base industrial y tecnológica que nos permitirá proteger la prosperidad de los ciudadanos”.
En relación con el sector industrial nacional, Robles ha calificado como “fundamental” el hecho de “apoyar y fortalecer la base industrial y tecnológica de la Defensa”, para que los ejércitos y la Armada estén en condiciones de tener “el material necesario para poder realizar sus misiones”. “Por eso debemos hacer una apuesta decidida por el I+D+i”, concluyó la ministra.
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