La USAF y Boeing han firmado un contrato por dos E-7A que servirán como prototipos para la producción de los 24 aviones con los que sustituirá a los E-3C.
Boeing construirá y probará dos prototipos rápidos del E-7A en la configuración AEW&C de la USAF, que servirán para probar los diferentes sistemas y equipos elegidos y preparar la producción de los otros dos 22 aviones que la USAF irá adquiriendo en los próximos años (con posibilidad de ampliar la cifra hasta un total de 26 ejemplares).
Este contrato se ha retrasado mientras se negociaba el precio de los aviones. Sin embargo, a mediados del pasado mes de julio, durante el Air Tattoo en Reino Unido, Frank Kendall, secretario de la USAF ya había adelantado el acuerdo a la espera de la firma del contrato.
Según comentó, la USAF habría logrado un buen precio al acordar diversos equipos de misión que después Boeing podrá ofrecer a otros clientes potenciales, lo que aumentaría las posibilidades de venta en el extranjero.
Según algunas fuentes, Boeing pedía lo que desde el departamento de Defensa se consideraba una cifra exagerada, sin duda buscando cubrirse ante posibles retrasos o problemas que incrementen los gastos de desarrollo y producción, como ya les ha ocurrido en otros programas de precio fijo como el avión cisterna KC-46A, que ya ha costado a Boeing más de 7.000 millones de dólares, o el entrenador T-7A.
Esas fuentes han cifrado en unos 2.700 millones de dólares por avión. Desde la USAF han negado esa cifra.
Pese al retraso en la firma se espera que el primero de estos dos aviones se entregue durante el año fiscal 2027 (1 de octubre de 2026 a 30 de septiembre de 2027), con cargo al presupuesto del año fiscal 2025. De hecho, este primer avión ya está en proceso de montaje, para realizar su primer vuelo a principios de 2025 y entrar a conversión de B-737-700 a E-7A. El segundo E-7A se ha incluido en el presupuesto del año fiscal 2026
Cuando la USAF eligió al Boeing E-7A como sustituto de sus Boeing E-3C AWACS en 2023, se firmó un primer contrato por un máximo de 1.200 millones de dólares. La versión inicial de trabajo era básicamente el avión de la RAF británica, pero la USAF fue solicitando cambios, como una arquitectura de sistemas de misión abierta, un nuevo sistema GPS y de comunicaciones por satélite, y la capacidad para controlar drones de combate, entre otras.
El contrato por estos dos aviones incluye el desarrollo del ciclo de vida, la formación y el apoyo a la flota.
La USAF firmó también en el Air Tattoo un acuerdo con las Fuerzas Aéreas de Reino Unido y Australia para colaborar en el desarrollo de capacidades, evaluación y pruebas de aviones E-7, interoperabilidad, mantenimiento, operaciones, formación y seguridad.
Un error garrafal para Airbus no apostar por versiones al uso de AEW + EW y de NW ( guerra naval ) que amplíen y complementen opciones alternativas a los modelos de Boeing , condenando voluntariamente a los diversos usuarios a un monopolio gratuito y sin competencia del fabricante norteamericano .