En un documento al que ha tenido acceso en exclusiva Reuters, los alemanes culpan a la industria francesa de estar bloqueando el paso a la siguiente fase del FCAS, el futuro avión de combate europeo de sexta generación.
Siguen los problemas entre alemanes y franceses sobre el desarrollo del fiuturo avión de combate europeo -FCAS por sus siglas en inglés-. Según un documento interno del ministerio de Defensa alemán, la industria francesa está bloqueando el desarrollo de las siguientes fases del caza de sexta generación, al pretender asumir el control absoluto sobre el desarrollo del mismo.
En el documento, enviado el pasado viernes a los miembros de la comisión de presupuestos del Parlamento alemán, el ministerio advierte de graves consecuencias para las capacidades del futuro avión de combate y la participación de la industria alemana si se hacen más concesiones a la industria francesa.
La distribución de responsabilidades en el desarrollo del FCAS siempre ha estado cuestionada por Francia, liderada por el coordinador general del programa, Dassault, que ha pedido de manera explícita asumir el 80% del proyecto del desarrollo del caza de sexta generación destinado a sustituir a los Dassualt Rafale franceses y a los Eurofighter alemanes y españoles en el horizonte del año 2040.
El documento también cuestiona el calendario que Macron y Merz, presidente de Francia y Canciller de Alemania, respectivamente, anunciaron en primavera, indicando que a finales de agosto llegarían a una solución. En el documento del ministerio de Defensa alemán, por el contrario, se afirma que esta decisión se aplaza hasta finales de año.
Este mismo jueves 28 de agosto está prevista una reunión entren ambos mandatarios en la residencia de verano del presidente farncés, donde sin duda abordaran esta nueva discrepancia entre los dos países por el liderazgo del proyecto. Margarita Robles, ministra de Defensa de España, tiene previsto hoy viajar a Alemania para reunirse con su homólogo alemán, Boris Pistorius, en la que sin duda abordarán este tema.
Un proyecto clave para la industria de defensa en Europa
El proyecto FCAS, con un presupuesto estimado de más de 100.000 millones de euros, es el programa para el desrrollo y fabricación de un caza de sexta generación en el que participan Almania, España y Francia, y que constituirá la espina dorsal de la defensa aérea europea a partir del año 2040.
En Francia fue designado Dassault como coordinador general del programa, papel que desempeña Airbus DS en Alemania e Indra en España. El plan inicial para su desrrollo está plagado de retrasos y cuestionamientosn por el estilo de gobernanza y reparto del trabajo, en el que España, una vez, más asiste como convidado de piedra al enfrentamiento entre franceses y alemanes.
EL FCAS se ha dividido en siete pilares cada uno a cargo de un consorcio, una firma líder y otras asociadas.El pilar 1 es el de la plaforma aére o NGF (New Generation Fighter), el 2 el motor, el 3 los simuladores, el 4 la nube de combate, el 5 los sensores, el 6 el desarrollo de capacidades de baja detectabilidad y el 7 el de los remote carriers, o nube de drones de distintos tipos.
En España, además de ser líder nacional, Indra también estará a cargo del pilar de sensores (con la alemana FMCS y la francesa Thales), será colíder en el simulador con Airbus y Dassault y estará involucrada en el segmento nube de combate (que coordina Airbus). Por su parte, ITP Aero será clave en el pilar del motor (encabezado por el consorcio francoalemán Eumet); mientras que el consorcio español Satnus (GMV, Sener Aeroespacial y Grupo Oesía/Tecnobit) trabajará en los drones y Airbus España impulsará el desarrollo de las capacidades furtivas y participará como asociada en el desarrollo del caza.
Además de estas empresas, el resto de la cadena de suministro española, se está involucrando en el proyecto, no en vano están en juego 100.000 millones de inversión para el desarrollo de este nuevo sistema aéreo de combate.
A finales de julio, el director ejecutivo de Dassault, Eric Trappier, afirmó que el FCAS necesitaba un liderazgo y una organización más claros a medida que los socios avanzaban hacia una segunda fase y que, en la práctica, las decisiones sobre aspectos clave de la fase de diseño actual tenían que ser aprobadas por Airbus, lo que añadía complejidad y contribuía a los retrasos.
En esa ocasión el ejecutivo francés afirmó :que se necesitaría un único líder con la autoridad para seleccionar subcontratistas. “Esto no significa que todo el trabajo deba realizarse en Francia, sino que debemos ser capaces de elegir a los mejores para fabricar los mejores aviones”, afirmó Trappier.
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