Cuatro F-35B y su personal del 617 Escuadrón de la RAF se han desplegado en Islandia por primera vez dentro de una misión de policía aérea de la OTAN.
El Báltico y el mar Negro son los dos escenarios más conocidos de las misiones de policía aérea de la OTAN. Sin embargo no son los únicos en los que aviones de combate de los países de la OTAN mantienen una vigilancia constante para defender las fronteras.
Es el caso de Islandia, donde se mantiene una fuerza de alerta desde de mayo de 2008. En este caso no se trata de una presencia permanente como en las otras misiones. Suele implicar el despliegue de aviones de combate durante un periodo de tres a cuatro semanas, tres veces al año.
Ahora ha tocado el turno de que Reino Unido asuma este despliegue, y por primera vez lo hará con cuatro Lockheed Martin F-35B de la RAF. En concreto se ha elegido al 617 Escuadrón para ello.
Se trata de la primera vez desde 2019 que la RAF se despliega en Islandia dentro de esta misión; y de la primera vez que el F-35 es usado en una misión de policía aérea por parte británica. Hasta ahora el Eurofighter ha sido el avión seleccionado para ellas.
El 617 Escuadrón se hizo famoso durante la Segunda Guerra Mundial por su ataque a varias presas en la cuenca minera del Ruhr. Dicho ataque destruyó dos de las tres presas atacadas, aunque su efecto fue mucho menor del esperado, dado que Alemania reparó rápidamente los daños y continuó la producción de energía eléctrica para la industria armamentística al mismo nivel de antes del ataque en menos de un mes.
Posteriormente participaría en el ataque y hundimiento del acorazado Tirpitz. Desactivado y reactivado en varias ocasiones, participó en la liberación de Kuwait, en Afganistán y Libia con aviones Tornado GR.1 y GR.4.
En 2016 fue reactivado por última vez para convertirse en el primer escuadrón con Lockheed Martin F-35B de la RAF; os cuales comenzó a recibir en 2018. En junio de 2020 realizaron el primer despliegue operativo en el portaaviones británico HMS Queen Elizabeth.
El 17 de noviembre de 2021 uno de sus F-35B (matrícula ZM152/018) se estrelló en el Mediterráneo operando desde dicho portaaviones al abortar el despegue. El piloto logró lanzarse y cayó sobre la cubierta del buque.
Según el informe oficial, una de las tapas que cubren las tomas de aire para el motor no fue retirada y fue absorbida por este, causando una disminución del empuje. La inercia llevó a que el avión cayese por la rampa de proa del portaaviones, hundiéndose a 2.000 metros de profundidad.
Un mes más tarde el avión fue recuperado para evitar que Rusia localizase los restos, los recuperase y accediese a la tecnología de sus equipos, especialmente su radar.
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