Boeing ha puesto en vuelo el primer entrenador T-7A Red Hawk que será entregado a la USAF como parte del proceso de aceptación y puesta en servicio.
Steve Schmidt, piloto jefe de pruebas del Boeing T-7 y el comandante Bryce Turner, del Escuadrón de Pruebas 416 de la USAF han sido los pilotos encargados de realizar ayer 28 de junio, el primer vuelo del primer Boeing T-7A Red Hawk que será entregado a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Este vuelo, que tuvo una duración de una hora y tres minutos, marca el inicio de la fase de desarrollo de ingeniería y fabricación, para la que Boeing y el Mando de Educación y Entrenamiento Aéreo de la USAF emplearán cinco aviones.
Esta fase servirá para validar todos los procesos de producción de los aviones de cara a la producción inicial a bajo ritmo, y después la producción en serie. Las pruebas se llevarán a cabo desde la base áerea de Edwards, sede del Escuadrón de Pruebas 416.
En 2018 Boeing ganó el concurso para dotar a la USAF de un nuevo entrenador que sustituya a los Northrop T-38 (un derivado del F-5) empleados en el entrenamiento avanzado de los pilotos de la USAF destinados a cazas y bombarderos. Dicho concurso señalaba la adquisición de 351 aviones y 46 simuladores y soporte. El contrato con Boeing se ha valorado en 9.200 millones de dólares.
Boeing ha hecho uso de modelos digitales 3D para el diseño y desarrollo del T—7A, junto a técnicas de fabricación avanzadas. Según Boeing, con ello lograron que en solo 36 meses se pasase del concepto firme del avión a tener a este en vuelo, y que todo ello: “Aumentó la calidad a la primera en un 75 por ciento y redujo las horas de montaje en un 80 por ciento. La ingeniería basada en modelos permitió realizar pruebas a lo largo del diseño y la construcción del avión para ayudar a garantizar la seguridad antes del primer vuelo. El sistema de salida de la cabina del T-7A es el más seguro de todos los entrenadores”.
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