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Entrevista Aníbal Ollero: Él sí lo vio venir

Aníbal Ollero, catedrático de robótica en la Universidad de Sevilla fue el ganador el premio nacional de Ciencia e Innovación, Leonardo Torres Quevedo de 2021, en el área de las ingenierías, reconociendo así la trayectoria y la aportación de este “visionario” de los vehículos aéreos no tripulados y de la robótica, en un tiempo en el que nadie tenía claro lo que daría de sí este innovador segmento.

El currículum de Aníbal Ollero daría para rellenar todo el espacio de esta entrevista. El catedrático de robótica de la Universidad de Sevilla es ahora noticia porque afue el ganador del premio nacional del ministerio de Ciencia e Innovación Leonardo Torres Quevedo.

Esta distinción reconoce la trayectoria profesional de uno de los precursores e impulsor del desarrollo y la investigación de aeronaves no tripuladas en Andalucía, tanto desde el Instituto de Investigación de la Universidad de Sevilla como del Centro Avanzado en Tecnologías Aeroespaciales, o CATEC, también en la capital andaluza. Su trabajo en este campo empezó hace 25 años, convirtiéndose en un visionario de las inmensas posibilidades de este tipo de aeronaves no tripuladas.

Entre los méritos que el jurado destacó para la elección de Ollero está el importante volumen de publicaciones científicas que lleva a sus espaldas. De acuerdo a la base de datos científica Scopus, Aníbal Ollero es el autor con más publicaciones sobre el tema.

Fly News (FN).-  Desde sus inicios la evolución de estos sistemas no tripulados ha sido exponencial. ¿Cómo resumiría la evolución de esta industria en los últimos años?

Aníbal Ollero (AO).– Comencé a trabajar en vehículos aéreos no tripulados hace veinticinco años. Lo hice pensando que era un área prometedora y parece evidente que no me equivoqué. En los últimos años ha aumentado el número de fabricantes, especialmente de los pequeños,  y mucho más el número de operadores y de empresas que ofrecen servicios basados en drones.

De acuerdo con el Libro Blanco de I+D+i para la Aviación no Tripulada en España,  publicado a finales de 2020, AESA tiene registrados más de 6.361 pilotos y 6.461 aeronaves no tripuladas, y más de 44 operadores ofrecen servicios realizados con estas aeronaves. La mayor parte son empresas con muy pocos empleados. Se cuenta también con 20 fabricantes registrados que tienen dificultades para competir con los precios de los vehículos pequeños de los grandes fabricantes.

En mi opinión se requiere que los vehículos y servicios sean mucho más innovadores para poder competir con ventaja. Para generar estos productos conviene colaborar con grupos y centros de investigación especializados, que juegan un muy importante papel internacional en la investigación en  tecnologías de vehículos  aéreos no tripulados. Así,  el reciente Instituto de Robótica y Sistemas Inteligentes, en el que se integra el GRVC Robotics Lab de la Universidad de Sevilla, está  liderando proyectos como el H2020 europeo AERIAL-CORE en el que trabajan los mejores investigadores europeos en vehículos aéreos no tripulados y robots aéreos, o la Advanced Grant GRIFFIN en la que se desarrolla una nueva generación de vehículos aéreos no tripulados bio-inspirados, más seguros y eficientes.

«La consolidación de la normativa europea incrementará el peso del sector aumentando de forma muy importante el número de puestos de trabajo y el peso en la economía.»

FN.- ¿Cómo ve con su perspectiva el mercado actualmente? ¿En qué aplicaciones tendrán más futuro?

AO.-El número de aplicaciones ha crecido de forma muy importante. Además de las aplicaciones clásicas tales como las de filmación y vigilancia, han surgido otras muchas, como la agricultura, la logística, el transporte y otras muchas. Una aplicación que está alcanzando una gran relevancia es la  inspección y mantenimiento  industrial y de infraestructuras, incluyendo la inspección por contacto en sitios peligrosos para los trabajadores. Estas inspecciones tienen un mercado enorme y pueden contribuir tanto a reducir accidentes laborales como a disminuir tiempos de ejecución y costes.

Aquí también existen grandes oportunidades de colaboración con grupos y centros de investigación que lideran proyectos internacionales como el mencionado H2020 AERIAL-CORE para la inspección y mantenimiento, fuera de la línea de vista,  de grandes infraestructuras lineales,  como líneas eléctricas, o el también H2020 PILOTING que incluye la inspección de infraestructuras y de instalaciones industriales, u otros proyectos de la Universidad de Sevilla y el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (CATEC). Estas colaboraciones permiten que las empresas identifiquen las aplicaciones más innovadoras a nivel mundial para luego estudiar su viabilidad económica.

FN.- Ha sido nombrado responsable del futuro  Centro de Innovación UAVs  de Sevilla. ¿Podría describirnos el proyecto en concreto?

AO.-Es un centro sobre vehículos aéreos no tripulados y movilidad aérea urbana, campo que puede considerarse como muy novedoso.  Se trata de desarrollar tecnologías que incrementen la seguridad de los vehículos aéreos no tripulados y que contribuyan también a su integración en el espacio aéreo urbano. Además,  se pretende  desarrollar tecnologías para la automatización de las infraestructuras en tierra asociadas, tales como los denominados vertipuertos para el despegue/aterrizaje y almacenamiento de las flotas de drones. Estoy convencido que todas estas tecnologías van a tener un importante impacto en el desarrollo de la movilidad aérea urbana. Además,  se cuenta también con una experiencia importante en proyectos de la Universidad de Sevilla y del CATEC. Esta experiencia puede ser aprovechada también por las empresas españolas para mejorar su posicionamiento en un mercado en el que todavía compiten pocas empresas alemanas, chinas y estadounidenses.

En el centro se pretende también incidir en aspectos relacionados con la percepción y aceptación social de estas aeronaves, que son aspectos muy relevantes para su crecimiento.

FN.- En Andalucía ya existen proyectos similares, como el centro Experimental de El Arenosillo, del INTA en Huelva, o el ATLAS, el centro de experimentación de vuelos de drones. ¿Estas iniciativas son complementarias, son competencia….?

AO.- Son iniciativas muy diferentes y complementarias. El Centro del Arenosillo y ATLAS son centros de experimentación y no de desarrollo de tecnologías. Por otra parte,  el nuevo centro tiene como objetivo fundamental la movilidad aérea urbana, que no se  contempla en los otros. La integración en el espacio aéreo urbano presenta numerosos retos que hay que solventar.

Así, por ejemplo, la seguridad juega un papel esencial. Se requieren tecnologías que combinen la seguridad con la eficiencia para volar en entornos urbanos. Me refiero tanto a las aeronaves de menor carga de pago para transportar pequeños paquetes, como a las que transportan personas en servicios de aerotaxi que han empezado a funcionar en China.

 

«A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos, pero no existe ninguna universidad ni centro de investigación europeo  que tenga en activo 13 proyectos de investigación e innovación del programa europeo H2020 en UAV,s.»

FN.-La formación especializada es fundamental para contar con recursos humanos que hagan posibles estas iniciativas de I+D+i.  Desde su visión como Catedrático de la Universidad de Sevilla. ¿Qué papel debe jugar la Universidad, cómo debe evolucionar para suministrar perfiles adecuados a estas nuevas tecnologías?

AO.-Los recursos humanos son fundamentales. En la Universidad de Sevilla imparto una asignatura específica de vehículos aéreos no tripulados en Ingeniería Aeroespacial y varios temas de  Robótica Aérea en los másteres. También hemos impartido un máster específico de sistemas en la Universidad Internacional de Andalucía. Creo que lo más importante es que los alumnos no solo asistan a clases,  sino que participen en proyectos novedosos con los mejores especialistas, como tienen oportunidad de hacer en la Universidad de Sevilla. Así los alumnos que cursan estas asignaturas con nosotros tienen la oportunidad de involucrarse, actualmente en 13 proyectos europeos del programa europeo H2020, trabajando con los mejores investigadores en temas como el diseño de vehículos aéreos no tripulado, su navegación, guiado y control, la aplicación de tecnologías robóticas,  como la percepción del entorno y la planificación, o su integración en el  espacio aéreo no segregado. Estas oportunidades son las que caracterizan la enseñanza en las mejores universidades del mundo.

Los proyectos del laboratorio de Robótica GRVC de la Universidad de Sevilla juegan un importante papel en la enseñanza y formación de especialistas en vehículos no tripulados y robótica aérea. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos, pero no existe ninguna universidad ni centro de investigación europeo  que tenga en activo 13 proyectos de investigación e innovación del programa europeo H2020 en este tema, ni investigadores con más publicaciones y citas en  estos campos.

La formación que impartimos tiene una muy importante acogida. Así los 46 doctores en ingeniería,  a los que he  dirigido la Tesis Doctoral, trabajan actualmente en 12 empresas, incluyendo, además de España,  países como Alemania, Reino Unido, Irlanda, EEUU de América, Singapur y Australia,  6 Centros Tecnológicos de España, Francia y Alemania,  y 5 universidades.

FN.- La industria aeronáutica andaluza vive un momento crítico, y se habla de una necesaria reconversión. Desde su opinión experta, ¿Cuáles deben ser los drivers de esta reconversión? ¿La industria de la movilidad urbana vinculada a vehículos autónomos puede ser uno de ellos?

AO.-Creo que es importante mantener o incluso aumentar la fabricación aeronáutica que se realiza actualmente en Andalucía ya que existe una gran experiencia y capacidad demostrada.

Además de eso,  los vehículos aéreos no tripulados y la movilidad aérea urbana,  presentan oportunidades de futuro que permitirán crear muchas nuevas empresas. Estas start-ups podrán generar  empleos de calidad,  como los creados  durante decenios en el mencionado laboratorio de Robótica de la Universidad de Sevilla, y en el Centro Tecnológico CATEC,  líderes internacionales en la investigación e innovación en este campo. El nuevo centro contribuirá también a crear nuevos empleos,  tanto directos como en las empresas que puedan crearse a partir de sus innovaciones.