Jeff Bezos, el multimillonario propietario de Amazon, pretende desplegar 3.236 satélites para llevar Internet a la inmensa mayoría de la población mundial.
Amazon, el gigante mundial del comercio por Internet de la mano de su propietario Jeff Bezos, ha solicitado a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la asignación y reserva de bandas de frecuencias para poder hacer realidad no se sabe cuándo una mega constelación de nada menos que 3.236 satélites de comunicaciones capaces de llevar Internet de banda ancha a alta velocidad a todas las partes del mundo.
Organismo de Naciones Unidas responsable de regular las telecomunicaciones a escala global, la propuesta que Bezos ha presentado a la UIT la ha bautizado Kuiper Systems. Con ella, Amazon pasa a engrosar las diferentes iniciativas empresariales que tienen planeado poner en órbita gigantescas redes de satélites con la finalidad de proporcionar conectividad a Internet a escala global.
El gigante de las compras electrónicas afirma que Kuiper Systems pretende ofrecer conectividad de banda ancha de alta velocidad y baja latencia “a comunidades desatendidas o mal atendidas de todo el mundo” y que se trata de un proyecto “a largo plazo, que prestará servicio a decenas de millones de personas que carecen de acceso básico a Internet de banda ancha”.
Sin embargo, Bezos todavía no ha revelado quienes son los socios que comparten su visión y están dispuestas van a arriesgar decenas de miles de millones, tampoco ha desvelado cómo financiará su faraónica iniciativa, qué compañía asumirá la fabricación de tan gran número de satélites, ni mucho menos ha anunciado cuándo comenzará su despliegue en el espacio y cuál será la compañía encargada de hacerlo.
Para hacer realidad el sueño del multimillonario norteamericano, sus asesores han conformado una constelación de satélites en tres capas y planos orbitales: Una primera integrada por 784 plataformas emplazadas en una órbita de 590 kilómetros, una segunda de 1.156 satélites a una altura de 630 kilómetros y la tercera y última, que contará con 1.296 ingenios espaciales colocados en una órbita a 610 kilómetros.
Amazon presentará en las próximas semanas una solicitud ante la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) para ofrecer sus servicios al mercado nacional, especialmente al estado de Alaska y otras dependencias territoriales norteamericanas fuera del continente.
Se trata de una petición que debe incluir numerosas concreciones que la compañía aún no ha definido, entre las que se encuentra el modo en que Amazon desorbitaría los satélites una vez fuera de servicio para mantener un entorno espacial sostenible.
La gigantesca red espacial Kuiper Systems que propone Amazon y que, por el momento, no es más que una presentación tipo PowerPoint, se añade a la más modesta OneWeb, ‒participada por el también multimillonario británico Richard Branson‒, que contempla colocar 648 satélites ‒600 en servicio y 48 en reserva‒ funcionando en banda Ku a 1.200 kilómetros. Las primeras seis plataformas fueron puestos en órbita el pasado 27 de febrero mediante un lanzador ruso Soyuz desde la Guayana francesa.
La FCC aprobó el 15 de noviembre pasado cuatro propuestas de mega constelaciones presentadas por OneWeb, Telesat, LeoSat y SpaceX, que totalizaban la puesta en órbita de cerca de 8.000 satélites para llevar Internet vía satélite a la mayor parte de la población mundial. Pero es muy posible que, tras haber presentado la documentación inicial, alguna de ellas no alcancen la evolución deseada, debido a las complejidades y costes astronómicos de los proyectos.
La más ambiciosa de las cuatro propuestas presentadas a la FCC es Starlink, una enorme red espacial de comunicaciones en banda Ku y Ka encabezada por el también multimillonario norteamericano Elon Musk y su empresa SpaceX. Su opción inicial era posicionar nada menos que 4.425 satélites entre los 1.110 y los 1.325 kilómetros. Sin embargo, antes de concluir 2018, la iniciativa fue reducida a 1.584 satélites a una órbita más baja de 550 kilómetros.
El operador español Hispasat participa en la constelación LeoSat, que con un presupuesto del orden de los 3.000 millones de euros aspira a colocar entre 78 y 108 satélites de comunicaciones en órbita baja a 1.400 kilómetros de altura para proporcionar una rápida, segura y amplia cobertura mundial para redes de datos.
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