El alemán Jan Wörner, director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), y el francés Stéphane Israel, presidente ejecutivo de Arianespace, la principal sociedad europea de servicios de lanzamiento, han suscrito un acuerdo marco por el que la Agencia europea se compromete a utilizar en exclusividad los cohetes comercializados por Arianespace.
El histórico convenio se firmó el pasado 26 de abril en el pabellón del Espacio del Salón Aeroespacial Internacional ‒más conocido como ILA‒ que del 25 al 29 de abril se ha celebrado en el aeropuerto berlinés de Schönefeld.
En las cláusulas del contrato se establece el compromiso de la ESA para que todos sus satélites, sondas científicas, naves espaciales e infraestructuras orbitales sean enviados al espacio de manera exclusiva por los vehículos de lanzamiento europeos comercializados por Arianespace, siempre que ello sea posible por peso, dimensiones y la órbita a alcanzar. También se fijan las condiciones generales que regulan las nuevas relaciones entre ambas entidades y se definen los mecanismos para formular pedidos.
Aunque la aplicación de los términos acordados va a incidir de manera directa en un incremento de la producción de los cohetes que actualmente comercializa Arianespace ‒Ariane 5, Vega y el ruso Soyuz‒, el acuerdo está especialmente enfocado para conseguir importantes pedidos en firme de los futuros cohetes Vega C y del Ariane 6 y, de este modo, poder rebajar el coste unitario de producción y de los lanzamientos.
Previsto el primer vuelo del Vega C para finales de 2019 y el del Ariane 6 para julio de 2020, Arianespace necesita por todos los medios a su alcance hacer competitivos en precio a ambos cohetes, principal vía para hacer frente a la fuerte competencia de los cohetes de la compañía norteamericana SpaceX y de las sociedades estatales de China e India.
Durante décadas, Arianespace ha estado insistiendo sin conseguirlo en el planteamiento de que “los ingenios espaciales propiedad de las instituciones y los gobiernos europeos debían ponerse en órbita con cohetes europeos”.
El acuerdo alcanzado con la ESA es un paso importante para arrancar de las autoridades de Bruselas un acuerdo semejante para la puesta en órbita de las futuras generaciones de satélites Galileo y Sentinel, y seguir intentando convencer a los gobiernos de los países europeos de aplicar el mismo criterio con sus satélites institucionales.
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