Boeing prescindirá de alrededor de 400 trabajadores del programa lunar Artemis, como consecuencia de los replanteamientos previstos por la NASA bajo la segunda Administración Trump. Aunque no se conoce el número exacto, se calcula que afectará a un tercio de los empleados del programa.
El futuro de Boeing en el sector espacial está en cuestión por los cambios de liderazgo en la NASA y la entrada de Elon Musk como consejero cercano a Trump. Boeing anunció además unas pérdidas totales de 2.000 millones de dólares en su cápsula Starliner a lo largode todo el programa, después de un duro año en que su primer astronauta se convirtió en un dolor de cabeza para la NASA. De hecho, desde la nueva dirección de Boeing se ha llegado a especular con la probabilidad de cancelar el programa. El responsable del programa fue despedido la semana pasada.
El programa Starliner tuvo unas pérdidas de 523 millones de dólares en 2024, su mayor pérdida hasta el momento. Starliner es un contrato a precio fijo con la NASA desde 2014 por cerca de 5.000 millones de dólares. Desde entonces ha registrado pérdidas prácticamente todos los años, y existe el riesgo de que sigan en el futuro. El programa de Boeing compite con Space X, de Elon Musk, que ya ha completado 10 misiones tripuladas con sus cápsulas Dragon.
El cohete SLS es un componente esencial en el programa Artemis de la NASA. “La NASA y sus socios industriales trabajan conjuntamente para alinear y evaluar el presupuesto, los recursos, el trabajo de los contratistas y los calendarios para ejecutar las misiones eficientemente, con seguridad y éxito, para lograr los objetivos de la agencia en la Luna y Marte”, explicaron desde la Agencia espacial estadounidense.
El programa Artemis fue lanzado oficialmente por la primera Administración Trump durante su primer mandato, después de que firmase una directiva para volver de nuevo a la Luna después de más de medio siglo. El programa, sin embargo, ha sufrido alzas de precio y problemas técnicos, alcanzando un coste de 28.500 millones de dólares estimados en este año.
En noviembre de 2022, el cohete se lanzó por primera vez después de más de una década de desarrollo, enviando una cápsula no tripulada alrededor de la Luna, como parte de la primera prueba del todo el sistema. A pesar de las críticas por coste, el programa genera miles de puestos de trabajo a través de Estados Unidos, por los que no se ha apuntado la posibilidad de un cierre.
Trump ha mostrados en público su deseo de enviar astronautas a Marte. También ha forjado una estrecha relación con Elon Musk, quien fundó Space X con el objetivo de alcanzar el planeta rojo, y lograr asentamientos permanentes en él, para lo que está desarrollando un nuevo super lanzador.
Añadir comentario