Juan Pons. Enviado Especial a la Guayana francesa. Tal y como ha mostrado la ESA a FLY NEWS, el nuevo lanzador ligero europeo Vega ya está instalado en la torre ELA-1 de la base espacial de Kurú, desde la que efectuará su vuelo inaugural el próximo 9 de febrero.
Los ingenieros y técnicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de Arianespace ─la compañía europea de servicios espaciales─ fijaron la cuarta y última etapa del cohete el pasado 27 de enero, una vez que los nueve pequeños satélites fueron acoplados a la cofia del VV01, código que ha recibido el primer ejemplar de este nuevo vehículo de transporte espacial.
La campaña de lanzamiento de Vega desde la Guayana francesa dio comienzo el 7 de noviembre, con vistas a su despegue a partir del 9 de febrero. Pero dicha fecha tiene que ser confirmada el próximo día 2 de febrero.
Ese día, una reunión entre el director de lanzadores de la ESA, Antonio Fabrizi, el jefe del programa Vega, Stefano Bianchi, y los responsables de los diferentes sistemas de vuelo, propulsión y de tierra, confirmarán o retrasarán la fecha del despegue.
UN MINI SATÉLITE GALLEGO A BORDO
Uno de los nueve satélites que Vega colocará en el espacio, a 700 kilómetros de altura, lleva el sello “made in Spain”. Se trata del Xatcobeo, un pico satélite con forma de cubo de 10 centímetros de lado (Cubesat) y 1 kilogramo de peso, que ha sido desarrollado por la Universidad de Vigo, con la colaboración del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Como proyecto universitario seleccionado por la ESA, Xatcobeo lleva a bordo tres experimentos: un nuevo mecanismo de despliegue de paneles solares, un avanzado software radio reconfigurable y un original medidor de radiación. Todos ellos deberán ser evaluados en los primeros meses de su vida en órbita.
El proyecto Xatcobeo ha contado con la participación de profesores y alumnos de las Escuelas de Telecomunicaciones, Informática e Ingenieros de la universidad gallega, y su coste supera los 1,2 millones de euros, en su mayor parte financiado por el ya extinto Ministerio de Ciencia e Innovación.
Vega es el lanzador “baby” de la ESA. Su materialización se debe al esfuerzo durante más de nueve años de la Agencia espacial italiana y de su industria, las impulsoras y defensoras del programa en el marco de la Agencia europea.
Debido al riesgo que supone todo vuelo espacial inaugural, cuatro de los nueve ingenios que viajan a bordo de Vega son italianos: el satélite científico LARES ─de 400 kilos, para estudiar la distorsión espacio-tiempo─, el demostrador de tecnologías para la educación ALMASat-1 ─de 12,5 kilos─, y los pico satélites e-st@r y UniCubesat GG, que van a medir el control satelital en tres ejes y el gradiente de gravedad, respectivamente.
LA APORTACIÓN INDUSTRIAL ESPAÑOLA
Pero también la industria española ha tenido una participación destacada. EADS CASA Espacio ha desarrollado la estructura de la cuarta etapa, el adaptador de carga útil y la integración del motor de la cuarta etapa con el citado adaptador.
Astrium CRISA ha sido responsable de la unidad electrónica multifunción; GTD se ha responsabilizado del software y equipos de tierra; RYMSA ha aportado las antenas TT&C; y el equipo integrado por GMV y SENER ha trabajado en el software del subsistema de guiado, navegación y control.
La financiación del desarrollo del nuevo mini cohete ha costado del orden de los 710 millones de euros, de los que Italia ha aportado cerca del 60 por ciento y Francia poco más del 25 por ciento y Bélgica casi el 7 por ciento.
España ha sido el cuarto contribuyente, con un desembolso de 21,39 millones de euros, lo que supone el 5,68% del total de la inversión. Avio, la principal sociedad italiana involucrada en el Vega, ha invertido por su cuenta otros 76 millones de euros, lo que eleva el coste a 786 millones de euros.
Con una capacidad de satelización en órbita baja de 1,5 toneladas, una masa al despegue de 139 toneladas y una altura de 30 metros ─equivalente a un edificio de 10 pisos─, Vega cuenta con tres etapas de propulsión sólida y una cuarta y última de propulsión líquida y reencendible.
Las razones del desarrollo de Vega obedecen a la conveniencia de que, tanto Arianespace como la ESA, dispongan en la base espacial de Kurú de un lanzador ligero propio. De este modo, ambas instituciones podrán complementar la capacidad de acceso al espacio del Ariane 5, un lanzador pesado de 53 metros de altura, cuyas 800 toneladas de masa al despegue le hacen rentable para situar en órbita cargas útiles del orden de las 8/10 toneladas, pero no inferiores.
Añadir comentario