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Así afectan los lanzamientos espaciales al tráfico aéreo de Estados Unidos

Cada lanzamiento espacial supone cerrar una parte del espacio aéreo y desviar las rutas de cientos de vuelos comerciales.
Cada lanzamiento espacial supone cerrar una parte del espacio aéreo y desviar las rutas de cientos de vuelos comerciales.

Las limitaciones al tráfico aéreo que originan los despegues de cohetes desde territorio estadounidense provocan retrasos y pérdidas económicas a las compañías aéreas.

Las limitaciones al tráfico aéreo en Estados Unidos cuando se produce un lanzamiento espacial repercuten negativamente en el tráfico aéreo bajo la forma de demoras, cambios en los planes de vuelo y, en consecuencia de pérdidas económicas.

Para cada lanzamiento espacial, la FAA ‒la Administración Federal de Aviación‒, la entidad que, entre otras labores, gestiona y controla el espacio aéreo de Estados Unidos, impone una serie de medidas de seguridad temporales que suponen restricciones en el espacio aéreo en un radio muy amplio alrededor de la trayectoria ascendente del cohete, tiempo que normalmente se prolonga por espacio de entre 30 y 40 minutos, pero que a veces rebasa la hora de duración.

Según datos de la FAA, las restricciones impuestas el pasado 6 de febrero por el lanzamiento del cohete pesado Falcón Heavy desde la base espacial de Cabo Cañaveral (Florida) provocaron el retraso de 563 vuelos y modificó los planes de vuelo de otras 62 aeronaves.

Como las líneas aéreas estiman que cada minuto de retraso producido en 2017 supuso un coste adicional de 68,48 dólares en lo que respecta a gastos de explotación, y los 563 vuelos afectados por el despegue del Falcón Heavy se retrasaron un promedio de 8 minutos, la pérdida económica total ascendió a más de 300.000 dólares, ha valorado ALPA, uno de los principales sindicatos de pilotos del país.

Teniendo en cuenta que en los seis primeros meses del presente año se efectuaron 14 lanzamientos desde las dos bases espaciales en donde se produce la práctica totalidad de los despegues, es fácil hacer el cálculo.

La base espacial con mayor actividad es el Centro Espacial Kennedy, situado en Cabo Cañaveral, en la costa del océano Atlántico y a unos 70 kilómetros del aeropuerto de Orlando. La segunda es Vandenberg (California), localizada en la costa del Pacífico y a unos 200 kilómetros al noroeste del aeropuerto de Los Ángeles. El tráfico en ambos aeropuertos es de tal magnitud que cualquier restricción de vuelos afecta a centenares de rutas aéreas, como quedó patente con el citado despegue del Falcon Heavy.

Aunque estas restricciones no son nuevas, llevan existiendo décadas, la problemática va en aumento debido al creciente potencial de los vectores espaciales tradicionales y a las previsiones de aumento de los lanzamientos cuando se encienda la luz verde del turismo espacial suborbital.

Virgin Galactic, la empresa espacial del multimillonario británico Richard Branson, planea enviar turistas al espacio desde el complejo espacial América en el estado de Nuevo México. También Elon Musk, propietario de SpaceX, y Jeff Bezos, al frente de la compañía Blue Origin, esperan llevar a cabo vuelos espaciales para turistas desde sus propias instalaciones en Texas.

Pruebas de lanzamiento del cohete New Shepard de Blue Origins.
Pruebas de lanzamiento del cohete New Shepard de Blue Origins.

Según manifestó la semana pasada Tim Canoll, el presidente de ALPA, las previsiones de futuro son que “aumenten los efectos negativos sobre el tráfico aéreo en territorio estadounidense”.

Las compañías de servicios de lanzamiento quitan importancia al asunto. Caryn Schenewerk, responsable de asuntos gubernamentales de SpaceX, ha explicado que un cohete Falcón 9 solo necesita 90 segundos para alcanzar la altitud de 18.000 metros (60.000 pies), mucho más allá del techo al que vuelan las 42.000 rutas comerciales que a diario atraviesan Estados Unidos.

Las principales compañías aéreas propugnan la disminución de las restricciones a los vuelos, a la vez que exigen una mayor integración de las previsiones de los lanzamientos espaciales en la gestión del tráfico aéreo.