Tras varias semanas de dudas y desencuentros con la FAA, Space X lanzó por quinta vez su cohete Super Heavy y lo recupera con sus super palillos.
El quinto vuelo del cohete Space X Super Heavy, con la capsula Spaceship ha sido un éxito, tanto en lo referente a la recuperación de la primera etapa del cohete como el amerizaje de la cápsula.
Las últimas semanas en la base de lanzamiento de Space X en Boca Chica (Texas) han sido frenéticas.
Los dos brazos de la torre de recuperación, bautizados como Mechazilla, y que a modo de dos palillos debían detener el descenso de la primera etapa han sido reforzados y su mecanismo de movimiento probado varis veces.
El cohete Super Heavy ha sido montado y desmontado también en varias ocasiones, y se han hecho pruebas de distintos sistemas, como por ejemplo el de agua usado para enfriar la zona de lanzamiento y reducir el impacto de los gases de los motores en las diferentes estructuras de la plataforma de lanzamiento.
Y después la FAA no estaba por la labor de dar su visto bueno al lanzamiento, señalando que se habían hecho algunas modificaciones en el cohete que no estaban cubiertas por la autorización anterior, entre ellas en los escudos térmicos.
Al final, y tras distintas quejas de Elon Musk (entre mensaje y mensaje apoyando la candidatura de Donald Trump y “avisando” de los malos que van a ser los Demócratas si gana Kamala Harris las elecciones) y algún otro directivo de Space X, la FAA autorizó el lanzamiento (y el siguiente) unas 24 horas antes de este quinto vuelo del Super Heavy.
Finalmente, el Super Heavy despegó a las 08:25 locales (14:25 hora española). Siete minutos después la primera etapa del cohete regresaba a la torre de lanzamiento y los dos brazos mecánicos la atrapaban tal y como estaba previsto.
Considerado un gran hito por muchos profesionales del sector, el haberlo logrado a la primera, unos días antes del lanzamiento, Bill Gerstenmaier, vice presidente de construcción y fiabilidad de vuelo de Space X le quitaba importancia, señalando que: “Aterrizamos con una precisión de medio centímetro en el océano en el vuelo anterior del Falcon 9X, así que creemos que tenemos una oportunidad razonable de volver a la torre”.
La cápsula Starship cayó en el océano Índico 66 minutos después del despegue, como estaba previsto, tras alcanzar una altura máxima de 212 km. La nave explotó a muy baja altura tras disparar tres de sus seis motores de frenado, permaneciendo en vuelo estacionario unos segundos antes de inclinarse y explotar. No estaba prevista su recuperación, lo que no está claro en estos momentos si la explosión estaba prevista.
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