La NASA ha encontrado una roca que tiene indicios de haber albergado vida microbiana.
El vehículo explorador Perseverance de la NASA ha centrado su atención en una roca llena de vetas llamada «Cheyava Falls», situada en el borde norte del Neretva Vallis, un antiguo valle fluvial del cráter Jezero en Marte. Esta roca en forma de punta de flecha presenta características que podrían ayudar a determinar si Marte albergó vida microscópica en el pasado.
El análisis realizado por los instrumentos a bordo del rover han detectado señales químicas y estructuras que podrían haber sido formadas por organismos vivos hace miles de millones de años, cuando la zona aún contenía agua corriente. Sin embargo, los científicos también están explorando otras explicaciones para estos rasgos y será necesario realizar investigaciones adicionales para confirmar si la vida antigua es una explicación válida. Cheyava Falls, la vigésimo segunda muestra de núcleo de roca recogida por Perseverance, fue obtenida el 21 de julio. El instrumento SHERLOC del rover, ha detectado compuestos orgánicos en la roca. Estas moléculas basadas en carbono son componentes básicos de la vida, aunque también pueden formarse mediante procesos no biológicos.
Ken Farley, científico del proyecto Perseverance del Caltech de Pasadena, afirmó: «Cheyava Falls es la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante de las investigadas hasta ahora por Perseverance. Por un lado, tenemos nuestra primera detección convincente de material orgánico, manchas de colores distintivas indicativas de reacciones químicas que la vida microbiana podría utilizar como fuente de energía, y pruebas claras de que el agua atravesó una vez la roca. Por otro lado, no hemos podido determinar con exactitud cómo se formó la roca y hasta qué punto las rocas cercanas pueden haber calentado las cataratas Cheyava y contribuido a estas características.»
El equipo de Perseverance ha encontrado en Cheyava Falls grandes vetas blancas de sulfato cálcico y bandas de material rojizo que sugieren la presencia de hematita, un mineral que contribuye al característico color oxidado de Marte. Además, el instrumento PIXL ha detectado que los halos negros que rodean manchas blanquecinas en la roca contienen hierro y fosfato, elementos asociados en la Tierra con el registro fosilizado de microbios del subsuelo. Una de las hipótesis es que Cheyava Falls se formó a partir de depósitos de lodo con compuestos orgánicos que se cementaron en la roca. Luego, un segundo flujo de fluidos depositó minerales que formaron las vetas de sulfato cálcico y las manchas características. No obstante, el equipo también descubrió cristales de olivino en las vetas, un mineral que se forma a partir del magma, lo que sugiere que las altas temperaturas podrían haber influido en la formación de la roca y sus características.
David Flannery, astrobiólogo del equipo Perseverance, comentó: «Estas manchas son una gran sorpresa. En la Tierra, este tipo de características suelen asociarse con microbios fosilizados en el subsuelo.»Para comprender plenamente los procesos que formaron la roca, los científicos quieren traer la muestra a la Tierra, donde podrían estudiarla con instrumentos avanzados.
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