Boeing y Embraer han dado un nuevo paso en sus acuerdos de colaboración, que incluyen principalmente los programas militares, con la presentación de un Embraer E170 que usarán como ecodemostrador.
Ecodemostrador es el nombre que Boeing ha dado a una serie de aviones en los que durante los últimos años ha ido probando unas 50 nuevas tecnologías ecológicas, y que incluyen un B-737-800 en 2012, un B-787 en 2014 y un B-757 en 2015.
Ahora, junto con Embraer, durante los meses de agosto y septiembre probará en Brasil algunas nuevas ideas para reducir las emisiones de carbono y de ruido y el uso de combustible.
Entre ellas, Boeing cita:
Un LIDAR. Un sistema que usa láseres para medir parámetros como la velocidad verdadera en vuelo, el ángulo de ataque y la temperatura del aire en el exterior del avión. Con este sistema complementando a los actuales se estima se lograrán unos datos del aire mucho más exactos, y con ello mejorar el consumo de combustible, con los consiguientes beneficios que ello conlleva como son unas menores emisiones de oxidos de carbono.
Una pintura “hielofóbica” diseñada para reducir la formación de hielo y además ayuda a prevenir la acumulación de suciedad y bichos gracias a sus características anti-adhesivas. Otra ventaja es que como el avión se ensuciará menos, hará falta lavarlo menos.
Un ala con un nuevo diseño con slats mejorados para reducir el ruido en despegue y aterrizaje. Además se incorporará una serie de sensores especiales y sistemas de visualización cerca de la superficie de las alas que ayudarán a entender mejor la aerodinámica en vuelo. Los beneficios incluirán un menor consumo de combustible también al hacer uso en el futuro de nuevos diseños de alas mucho más eficientes.
Y finalmente un nuevo biocombustible producido en Brasil que combina hasta un 10 por ciento de biokeroseno y un 90 por ciento de keroseno procedente de combustibles fósiles. Esta mezcla es el máximo marcado por estándares internacionales.
Desde Boeing indican que una serie de estudios muestran que un biocombustible de aviación producido de manera sostenible emite entre un 50 y un 80 por ciento menos carbonos en su ciclo de vida que el combustible procedente de fuentes fósiles.
En 2015 Boeing y Embraer abrieron en Sao José dos Campos, donde Embraer tiene las cadenas de producción de sus aviones en Brasil, un centro de investigación de biocombustibles para coordinar las investigaciones en universidades del país y otras instituciones.
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