El sistema está adaptado para operar en aeropuertos modulando su respuesta para no interferir con las operaciones aéreas y se integra con la torre para multiplicar su eficacia y precisión.
La presencia de drones en los entornos aeroportuarios se ha convertido en una gran amenaza. Durante las Navidades pasadas el aeropuerto de Gatwick tuvo que cerrar durante días por la presencia de uno de estos aparatos sobre la zona de despegues y aterrizajes. Situación que se repitió recientemente por una hora en Heathrow. Dubái es otro de los aeropuertos que ha vivido una situación de este tipo. De hecho, pilotos de todo el mundo reportan de forma habitual casos de menor gravedad, pero que generan una gran incertidumbre.
Frenarlos es muy difícil, ya que algunos miden pocos centímetros y vuelan a baja altura y velocidad. Pueden aparecer además de forma sorpresiva, despegando desde cualquier punto y dejando muy poco margen de reacción.
Para solventar esta situación, la compañía Indra ha desarrollado un sistema antidron que ha adaptado a las operaciones en los aeropuertos. Se trata de un escudo inteligente, denominado ARMS (Anti RPAS Multisensor System), que detecta la presencia de estas aeronaves a kilómetros de distancia y las neutraliza si intentan invadir el espacio a proteger.
La compañía ha obtenido muy buenos resultados probado esta solución en países en los que este tipo de amenaza es mucho más habitual y peligrosa que en Europa. La solución ha mostrado su eficacia tanto para ser utilizada de forma dirigida y dejar fuera de juego un solo dron, como para actuar frente a un enjambre de aeronaves completo, aplicando medidas más agresivas. El sistema puede llegar a activar incluso una cúpula de protección completa. Otra característica fundamental es que se puede integrar con los sistemas de la torre de control para cruzar información y detectar cualquier objeto que vuele sin autorización de forma inmediata. Los buenos resultados obtenidos han permitido a la compañía firmar acuerdos con clientes gubernamentales para poner en marcha este sistema.
¿Cómo funciona?
El sistema ARMS dispone de un abanico de sensores posibles para la detección, incluyendo radares, cámaras infrarrojas o sensores de radiofrecuencia de diversas características y capacidades, que llevan a cabo las tareas de detección e identificación. El operador supervisa toda la operación desde su puesto de control y gestionará —o dejará que el propio sistema reaccione automáticamente— los equipos de perturbación, que cortan la comunicación con el piloto y saturan los sistemas de navegación del aparato, ‘cegándolo’ e impidiendo que complete su misión.
Puede emplear, además, técnicas de engaño o spoofing para distorsionar los sistemas de autoguiado del aparato y poder dirigirlo hacia el lugar seguro que se desee. La solución de Indra emplea los métodos de soft-killing más eficaces para proteger entornos civiles y neutralizar cualquiera de los modelos de dron disponibles en el mercado. Puede asimismo adaptarse para incorporar elementos de hard-killing, que abaten la aeronave, aunque estos métodos son más propios del ámbito militar, en el que hay que hacer frente a drones más avanzados y potencialmente más peligrosos.
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