La aerolínea estadounidense Delta vuelve a apostar por Boeing para su flota de un pasillo con un pedido de 100 B-737 MAX en un momento crítico para el programa.
Mientras Boeing sigue con problemas con la certificación del B-737 MAX 10, Delta ha dado un voto de confianza al modelo al firmar en el primer día del salón de Farnborough un pedido por 100 ejemplares en firme y 30 opciones del modelo más grande de la familia B-737 MAX.
Además Delta ha anunciado un contrato para modernizar los interiores de 29 de sus 131 Boeing 737-900ER, estando previsto que los tres primeros entren en servicio tras los cambios, en el verano de 2025.
Desde hace unos meses, Boeing se enfrenta a la posibilidad de tener que hacer importantes cambios en el cockpit de este modelo si no logra que la FAA lo certifique antes de que finalice 2022. Ante ello, podría darse la circunstancia de que Boeing cancele su certificación y posterior producción.
En 2020, el Congreso estadounidense ordenó que los aviones comerciales de nueva certificación deberían incorporar nuevos sistemas de alerta para los pilotos. Boeing logró una excepción de dos años para sus B-737 MAX 7 y 10 alegando los costes que supondría añadir estos nuevos sistemas y los cambios para los pilotos que ello supondría a la hora de pilotar diferentes versiones del B-737. Básicamente fue un nuevo sistema igual a más trabajo para la tripulación, igual a un problema de seguridad.
El Congreso ordenó estos cambios tras los dos accidentes de aviones B-737 MAX y descubrirse los fallos de la FAA para supervisar adecuadamente a Boeing a la hora de admitir los datos que esta entregaba para demostrar que sus aviones cumplían con las normas de certificación.
David Calhoun, presidente de Boeing reconoció a Aviation Week que ordenaría cancelar el B-737 MAX 10 antes que asumir los costes de las modificaciones.
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