Por Jaime Pérez Guerra. Airbus adquiere el 50,1 por ciento del programa de reactor regional Bombardier CSeries, que puede acarrear importantes consecuencias par ambos fabricantes. Del lado del fabricante europeo se garantiza entrar en un nuevo segmento, mientras que supone todo un salvavidas para un programa que no suma una nueva venta desde las Navidades pasadas.
Con nocturnidad y alevosía (al menos en horario europeo). Airbus y Bombardier anunciaban esta semana un acuerdo por el que el fabricante europeo toma un 50.01 por ciento de la sociedad que gobierna el programa C Series, por lo que tiene mayoría en el consejo y también el derecho a elegir al presidente. Esta sociedad fue creada en 2016 por Bombardier y el Gobierno de Quebec con el fin de salvar el programa, que estaba generando pérdidas muy cuantiosas.
A Boeing no le ha gustado mucho este movimiento y así lo ha expresado públicamente. Supone que Bombardier será capaz de seguir adelante a pesar de las denuncias norteamericanas, y ya se ha expresado la posibilidad de que los C Series comiencen a fabricarse en Mobile, Alabama. Por lo tanto, ahora el enemigo está en casa. Boeing ha intentado por todos los medios cerrar las puertas a Bombardier, sobre todo después de sus acuerdos con la china Comac.
Pero no va a ser un camino de rosas para el tándem Airbus – Bombardier. Aunque el fabricante europeo no ha tenido que depositar ni un euro en la operación, se hace cargo de una línea de montaje moribunda, y deberá poner en marcha todo su “savoir faire” para lograr un fuerte incremento en las ventas. Asimismo tiene la posibilidad de quedarse con la totalidad de la operación en 2023.
El CSeries, con sus dos versiones de 100 y 130 plazas resulta complementario a la familia Airbus A320. Su precio de partida, de unos 33 millones de dólares es inferior al del fabricante europeo, y además está optimizado para ese módulo de pasajeros. También es una respuesta a los posibles acuerdos entre Boeing y Embraer, que ya tienen uno de cooperación para la comercialización del transporte militar KC390. Airbus ya venía negociando con Bombardier desde hace un par de años, cuando las cosas comenzaron a ir mal comercialmente para los canadienses.
El C Series, lanzado en 2013, solo ha logrado vender 350 aviones, y únicamente ha entregado 7 unidades del CS100, generando una pérdida de 450 millones de dólares. Uno de los factores que ha precipitado el acuerdo, es la decisión de las autoridades estadounidenses de imponer un arancel del 300% a los 75 CSeries vendidos a la norteamericana Delta, debido a la rebaja en precio acordada y que ha sido considerada como Dumping por los norteamericanos.
La decisión de Airbus supone una bombona de oxígeno para un programa que no logra una nueva venta desde las pasadas navidades. Muchos de los posibles clientes no confían en la solidez financiera de Bombardier, por lo que la entrada de Airbus debería terminar con esos temores. Especialmente en el mercado asiático, donde el C Series solo ha logrado vender 10 CS300 a Korean Air Lines, este avión debería lograr una fuerte demanda en los próximos años.
Por la parte de Airbus, y como se viene comentando en los principales medios aeronáuticos, la adquisición de este avión puede suponer la puntilla para los miembros más pequeños de la familia A320: A318 y A319, cuyas ventas tampoco van viento en popa. Pero además, Airbus adquiere un programa de reactor regional, para un mercado cuyas ventas en los próximos 20 años, y según las estimaciones del fabricante brasileño Embraer, alcanzarán los 6.400 nuevos aviones en el segmento de 70 a 130 plazas, de ellos, 4.100 corresponden al módulo de 90 a 130 asientos.
Aunque el anuncio se produce en un momento convulso para Airbus, con rumores incluso de una posible dimisión de su CEO Tom Enders, demuestra, que a pesar de estas dificultades internas, Airbus sigue siendo uno de los actores principales en la industria aeronáutica mundial y tiene aún mucho que decir.
Creo que es una buena jugada; Airbus sale a largo plazo ganando con este acuerdo, y Bombardier puede seguir viva a costa, eso sí, de haber hecho perder a los canadienses cientos de millones de dólares.
Los ventas de reactores regionales son buenas y tienen mucho futuro, a pesar de los cada vez más numerosos trenes de alta velocidad, ya que inmensas áreas asiáticas, americanas y africanas siguen y seguirán desprovistas de esos trenes, volar será la única alternativa rápida para viajar.