Safran ha completado una primera fase de pruebas de una turbina aeronáutica Turbotech TP-R90 utilizando hidrógeno criogénico (-250º) desarrollado por Air Liquide.
El objetivo de estas primeras pruebas ha sido demostrar la total integración de un sistema de propulsión, que replica todas las funciones del avión completo. En septiembre de 2024, Turbotec, Safran y Air Liquide completaron las pruebas de demostración en tierra, con una turbina alimentada con hidrógeno, basado en un ciclo regenerativo ultra-eficiente, alimentado desde un depósito de hidrógeno líquido.
«El objetivo de este trabajo era lograr una densidad energética similar a un sistema de combustible convencional Avgas o Jet A-1, teniendo en cuenta las limitaciones asociadas con la modernización, la operatividad y la certificación de una solución de propulsión de hidrógeno criogénico. El proyecto ha sido un éxito total y rápido, gracias a un notable esfuerzo de equipo por parte de las grandes empresas aeroespaciales y las pymes implicadas”, señaló Damien Fauvet, CEO de Turbotech.
Turbotech, Elixir Aviation, Safran, Air Liquide y Daher formaron el proyecto de investigación conjunto BeautHyFuel en junio de 2022. El objetivo de este proyecto es diseñar y probar en tierra un sistema de propulsión de hidrógeno apto para la aviación ligera y desarrollar una metodología para que pueda certificarse para su modernización.
BeautHyFuel se beneficia de la combinación única de las tecnologías de turbinas ligeras ultraeficientes de Turbotech, la experiencia de Safran como fabricante de motores de aviación y diseñador de sistemas de combustible, las tecnologías de almacenamiento criogénico de hidrógeno de Air Liquide para la propulsión aeroespacial, el papel de Elixir como fabricante de aviones ligeros innovadores y la experiencia de Daher en el desarrollo, certificación, producción y mantenimiento de aeronaves.
El hidrógeno suele ser elogiado como la alternativa limpia a los combustibles fósiles. Cuando se quema a bajas temperaturas, su única emisión cuantificable es agua. Sin embargo, cuando se quema a temperaturas altas de más de 1100ºC, el nitrógeno del aire reacciona con el oxígeno para crear óxidos de nitrógeno (NOx), esa sustancia que se mezcla con la humedad del aire para crear ácido nítrico, también conocido como «lluvia ácida».
El hidrógeno tiene inherentemente una temperatura de llama extremadamente alta de hasta 3000ºC, propicia para la creación de NOx. Es posible reducir la cantidad de NOx creado en los motores de combustión utilizando métodos de refrigeración como la inyección de agua, la combustión por etapas, el funcionamiento con una mezcla más pobre (menos combustible, más aire) o simplemente utilizando combustible enfriado.
Aunque quemar hidrógeno puede no ser la solución «pura y perfecta», incluso en su forma más sucia es mucho más limpio que quemar queroseno o gasolina, ya que el hidrógeno no crea CO2, hollín u otros hidrocarburos no quemados. También tiene más energía que el combustible para aviones (queroseno) en peso. El queroseno tiene alrededor de 12,0 kWh/kg, mientras que el hidrógeno tiene casi el triple, más de 33,3 kWh/kg.
No es la primera vez que se hacen pruebas para propulsar un avión con hidrógeno. Ya en 1956 Estados Unidos lanzó el Proyecto Bee, que experimentó en vuelo la propulsión con hidrógeno.
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