Boeing ha anunciado que una vez recibida la certificación de la FAA de sus odificaciones para el sistema de baterías de ion litio en unos pocos días comenzará las modificaciones de los aviones.
Más de 100.000 horas de trabajo le ha costado a Boeing, el NTSB y a la FAA buscar una solución, probarla y certificarla para que los Boeing 787 puedan volver a volar comercialmente, al menos en Estados Unidos. En el resto de los países donde el Boeing 787 Dreamliner está matriculado deberá ser la autoridad aeronáutica local la que deberá aprobar las modificaciones.
Los cambios y pruebas realizadas por Boeing en el sistema de baterías de ion litio incluye la validación de cada componente individual de las baterías, su integración con el sistema de carga y el nuevo contenedor y la comprobación de que se comportan como deben tanto en operación normal como en el caso de un fallo.
Junto a los ingenieros de Boeing han trabajado más de una docena de expertos de la industria, gobierno, y consumidores para revisar y probar las teorías, descubrimientos, soluciones propuestas y planificación de las pruebas.
La solución de Boeing a los problemas de las baterías incluye diferentes capas de protección, la última de las cuales es el contenedor de acero destinado a evitar que cualquier fallo afecte a otros sistemas del avión o que se produzca un fuego y que los pasajeros noten cualquier cosa.
Según explican desde Boeing, ya han enviado diez equipos con más de 300 técnicos en total para llevar a cabo las modificaciones en los aviones. Estas se llevaran a cabo en unos cinco días por avión ya entregado a los clientes una vez comiencen los envíos de los kits de modificación junto a nuevas baterías (que envía el fabricante) que cumplen con el nuevo estándar de producción. Cada kit incluye las piezas para la instalación del nuevo contenedor de acero, las tuberías de evacuación de gases y sus sistema de instalación; un nuevo cargador para la batería , nuevos cables, y piezas diversas para la instalación. Las modificaciones de los aviones se irán llevando a cabo en el orden de entrega.
Según los datos de Boeing, los 50 Boeing 787 entregados hasta la paralización de la flota en enero están repartidos por 17 aeropuertos: Adis Ababa (Etiopía), 4; Boston (EE.UU.), 1; Chicago (EE.UU.), 1; Doha (Qatar), 4; Francfurt (Alemania), 1; Houston (EE.UU.), 4; Kumamoto (Japón), 1; Londres (Reino Unido), 1; Los Ángeles (EE.UU.), 1; Matsuyama (Japón), 1; Munbai (India), 6; Okayama (Japón), 1; Santiago (Chile), 3; Takamatsu (Japón), 1; Tokyo Haneda (Japón), 11; Tokyo Narita (Japón), 8 y Varsovia (Polonia) 1.
Al mismo tiempo estos cambios se van a ir realizando en los aviones ya producidos que todavía no se han entregado o están en producción y Boeing espera reiniciar las entregas en unas pocas semanas y que a fin de año se cumplan as previsiones de entregas pese al parón en las mismas desde enero.
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