El grupo británico Thomas Cook se ha declarado en quiebra y ha suspendido sus operaciones en el país y las de su filial Thomas Cook Scandinavia. Sus aerolíneas en Alemania y España siguen operando por el momento.
Las negociaciones de última hora no dieron fruto y finalmente el grupo británico Thomas Cook, un tour operador con casi 180 años de historia, se ha visto obligado a presentar expediente de quiebra y a cancelar todas sus operaciones de sus empresas en Reino Unido, así como las de su filial en Dinamarca, Thomas Cook Scandinavia.
Por el momento, sus otras dos filiales en Alemania, Condor; y España, Thomas Cook Balearics, continúan operando.
Thomas Cook ha estado negociando en las últimas semanas con su principal accionista, el grupo chino Fosun, y con varios bancos acreedores, una inyección de capital de 1.000 millones de libras esterlinas y nuevas condiciones para sus deudas sin llegar a un acuerdo ni para lograr un préstamo de emergencia de 200 millones de libras esterlinas.
Se estima que 600.000 clientes del grupo se están viendo afectados por la quiebra. El Gobierno británico ya ha puesto en marcha un plan para repatriar a los británicos que estaban de vacaciones en el extranjero, que se estima en unos 150.000, al tiempo que ha avisado aquellos que tenían previstos sus desplazamientos en los próximos días que no se molesten en ir al aeropuerto ya que sus vuelos y estancias en hoteles se han cancelado. La repatriación, según explicó el ministro de Transporte británico, Grant Shapps, se efectuará entre hoy 23 de septiembre y el 6 de octubre, y se estima que tan solo un muy pequeño porcentaje de clientes, en destinos muy concretos, se verán obligados a costearse sus vuelos de regreso. Igualmente, aquellos pasajeros que quieran regresar después del 6 de octubre, tendrán que conseguir por su cuenta vuelos de retorno.
El ministro ha calificado esta operación como «la mayor operación de repatriación en la historia británica» y avisó ya que habrá problemas y retrasos.
Thomas Cook Scandinavia, como hemos indicado, también ha suspendido sus operaciones. Su director general, Per Knudsen ha señalado que la aerolínea necesitaba en torno a 1.400 millones de coronas danesas (170,4 millones de euros) para seguir operando y que llevaban tiempo con problemas económicos.
Todo lo contrario de la filial alemana, Condor, que asegura ser rentable, y es la única «pata» del grupo que sigue operando junto a la española Thomas Cook Balearics, si bien ha pedido al Gobierno alemán un préstamo puente garantizado para seguir con sus operaciones mientras se reorganiza.
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