Michel O’Leary, ha estado en Madrid para anunciar que en invierno recortarán finalmente 1,2 millones de asientos, y celebrar que la Unión Europea ha dado un importante toque a España por la multa por los equipajes de mano.
Michael O’Leary, consejero delegado del Grupo Ryanair ha vuelto a Madrid en un nuevo capítulo de la guerra con el Gobierno español.
Por una parte, en su lucha con el ministerio de Transportes y Aena, ha anunciado que no será, como habían señalado antes, 1 millón de asientos los que retirarán de la oferta en los aeropuertos regionales españoles para la temporada de verano de 2026. Serán 1,2 millones, un 20 por ciento más; que se suman a los anteriores recortes.
Además de llamar inútil al ministro Puente por no hacer caso a los requerimientos de Ryanair de bajar las tasas en los aeropuertos regionales españoles para que puedan crecer; también ha llamado idiota a su otro ministro preferido, Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
¿El motivo? Pues que por una parte no ha contestado a 7 cartas de Ryanair en 14 meses sobre los sonrecostes que la plataforma Edreams cobra por la venta de billetes de Ryanair, y a la que están investigando en varios países europeos por ello.

Por otra, por el “toque” que la Unión Europea ha dado a España por la multa a varias aerolíneas por el cobro por equipajes de mano.
Poco antes de la comparecencia de O’Leary con la prensa española, se ha sabido que la Comisión Europea ha abierto un procedimiento de infracción a España por no haber adaptado la legislación nacional a la normativa europea en materia de servicios aéreos.
En esta se da libertad a las aerolíneas para cobrar por los equipajes de mano, siempre que ofrezcan un equipaje mínimo gratuito. La Ley de Navegación Aérea española prohíbe el cobro por el equipaje de mano en contra de la legislación europea. España tiene dos meses para responder a la Comisión Europea y subsanar esta deficiencia. En caso contrario, España podría ser sancionada económicamente por ello.
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