Aertec Solutions liderará la transformación del aeropuerto de Rionegro, que da servicio a Medellín, y es el segundo más importante de Colombia, dentro del Plan Maestro 2055.
El consorcio formado por la Aeronáutica Civil colombiana, Aertec Solutions y ESI Consulting han completado la actualización del Plan Maestro 2055, trabajo que ha liderado la empresa española, y que servirá de guía para la completa transformación del aeropuerto José María Córdova de Rionegro (Colombia), el segundo más importante del país y que da servicio a la ciudad de Medellín, con el fin de convertirlo en uno de los más importantes de Latinoamérica.
En 2015, cuando Aertec fue contratada para llevar a cabo el primer plan director de esta ampliación trabajó con la empresa colombiana UG21 y la ingeniería británica Mott McDonald. Ese primer contrato tenía un plan de ejecución de 8 meses, y se presupuestó en algo más de 1 millón de euros.
Para este y otros trabajos en aeropuertos del país, especialmente los de Boyacá y Caquetá, Aertec creó una filial en Colombia, que además gestiona el negocio en Latinoamérica.
Colombia decidió llevar finalmente a cabo esta ampliación en el marco del aumento del tráfico aéreo, que en Latinoamérica ya está creciendo a más del 8 por ciento anual en algunos mercados, gracias a la expansión de las aerolíneas low cost en parte; y que ya ha superado los niveles pre pandemia según los informes que han publicado tanto ALTA (Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo), como OACI.

Actualmente el aeropuerto de Rionegro se encuentra saturado, habiendo alcanzado su límite operativo. Según se señala en el Plan Maestro 2055: “El aeropuerto funciona con altos niveles de eficiencia, pero la infraestructura actual se ha quedado corta frente al crecimiento acelerado del tráfico. La pista de 3.440 metros, la plataforma con 24 posiciones y los 17 puentes de embarque presentan saturación en horas punta, especialmente ante aeronaves de fuselaje ancho. El terminal de pasajeros —27.500 m²— muestra congestión en procesos críticos como facturación, filtros de seguridad y entrega de equipajes.
El sistema de manejo de equipajes opera en su máximo límite, con capacidad de 2.400 maletas/hora, y los accesos viales internos presentan congestión habitual. La terminal de carga, aunque eficiente, requiere mayor capacidad frigorífica y un centro logístico especializado, vital para la exportación de flores, que representa más del 90 por ciento de la carga internacional del aeropuerto”.
Para planear el crecimiento se han realizado diversos estudios, que proyectan un crecimiento medio anual del 4,5 por ciento en pasajeros y un 3,5 por ciento en operaciones. Ello supone pasar de 14 millones de pasajeros en 2025 a 42,7 millones en 2055, superando las 200.000 toneladas de carga transportadas al año.
La conectividad con Norteamérica y Sudamérica concentrará el 70 por ciento de los nuevos flujos, y será la principal impulsora del crecimiento. “En el mercado doméstico, rutas como Bogotá, Cali, Cartagena y Barranquilla mantendrán la mayor demanda, mientras aerolíneas de bajo costo y nuevos operadores regionales ampliarán la oferta”; se señala igualmente.
La ampliación del aeropuerto de Rionegro se ha definido en tres fases. La primera, prevista entre 2026 y 2030, y con un presupuesto de 6.425.339 millones de pesos colombianos (unos 1.431 millones de euros), permitirá crecer hasta los 22 millones de pasajeros anuales mediante “mejoras operativas en el terminal actual, ampliación de plataformas, una nueva calle de salida rápida, adecuaciones de viales y adquisición de predios para la siguiente fase”.

La segunda, entre 2030 y 2035 por 11.035.832 millones de pesos (2.500 millones de euros), llevará al aeropuerto a los 30 millones de viajeros mediante la construcción de una nueva pista de 4.000 metros paralela a la actual y al este de la misma; junto a una nueva terminal entre ambas pistas, de 268.500 m², con sus correspondientes plataformas y calles de rodaje. La actual pista se alargará hacia el norte hasta los 4.000 metros y se construirá una nueva salida rápida.
La nueva terminal contará con 87 posiciones de estacionamiento, 31 de ellas de contacto, flujos de llegada y salida de pasajeros totalmente segregados, sistemas biométricos y conexión mediante sistemas automáticos de movimiento de personas. Su diseño incorpora criterios de eficiencia energética y gestión hídrica para garantizar sostenibilidad operativa.
Otras actuaciones en esta fase serán nuevas plataformas para hangares de mantenimiento y unas nuevas terminal de carga, torre de control y estación de bomberos.
La tercera, entre 2035 y 2055, y con un presupuesto de 2.800.202 millones de pesos (625 millones de euros), subirá la capacidad anual a 42 millones de pasajeros mediante una ampliación de la nueva terminal, junto al desarrollo de un área logística avanzada y la creación de un vertipuerto para movilidad aérea urbana.
El coste total, actualmente, es de 22.372.104 millones de pesos (casi 5.000 millones de euros), incluyendo la compra de terrenos para la nueva pista (1.857.845 millones de pesos, 415 millones de euros), y 252.883 millones de pesos, (56.000 millones de euros) de “gestión ambiental”. Este total es un tercio más de lo que se había presupuestado cuando se lanzó el programa de ampliación hace una década.






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