Axiom Space lanzará dos nodos orbitales para centros de datos a la órbita terrestre baja a finales de este año, como primer paso en el desarrollo de infraestructuras informáticas fuera del planeta.
Estos dos nodos orbitales formarán parte de la próxima constelación de retransmisión óptica de la empresa canadiense Kepler Communications. Los nodos estarán dentro de los satélites que se utilizarán para procesar datos procedentes de otros satélites de observación de la Tierra, utilizando complejos algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático para acelerar la entrega de información a los usuarios en tierra.
Los dos primeros nodos del sistema de computación en nube orbital previsto por Axiom Space, bautizados como ODC 1 y 2, se colocarán en dos de los 10 próximos satélites de Kepler Communications, cada uno de los cuales pesa 260 kilogramos (573 libras). Los satélites conectados a los centros de datos podrán operar de forma más autónoma, sin necesidad de supervisión constante por parte de controladores terrestres. Los ODC se conectarán mediante enlaces láser de alta velocidad de 2,5 Gbps a los demás satélites de las constelaciones de Kepler Communications, así como a centros de datos en la Tierra.
Axiom Space ya ha probado en la Estación Espacial Internacional una carga útil de demostración basada en el miniordenador Snowcone de Amazon Web Services. En marzo, Axiom anunció que en los próximos meses lanzaría a la ISS un ordenador de mayor tamaño, el Data Center Unit-1 (AxDCU-1). La carga útil AxDCU-1 ayudará a probar el hardware y el software antes del despliegue de los ODC.
En 2023 Axiom Space anunció planes para desplegar un centro de datos orbital a bordo de su proyectada estación espacial, cuyo lanzamiento está previsto para 2027. Ahora, la empresa ha revelado su visión de una infraestructura informática orbital más distribuida, que aprovechará los satélites de Kepler Communications para trasladar la informática al espacio.
En la actualidad, los satélites tienen que transmitir sus imágenes a la Tierra para procesarlas, lo que introduce retrasos. Analizar los datos directamente en órbita hará más eficiente el uso del ancho de banda disponible, ya que sólo se enviarán las imágenes que contengan la información solicitada. El hecho de no tener que enviar los datos a estaciones terrestres repartidas por todo el mundo reducirá los problemas de seguridad, como la posible interceptación de datos por agentes adversarios.
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