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Trump quiere que las aerolíneas de EE.UU. gestionen el control aéreo

El presidente estadounidense Donald Trump quiere privatizar la gestión del espacio aéreo, quitándosela a la FAA.

El presidente estadounidense Donald Trump quiere privatizar la gestión del espacio aéreo, quitándosela a la FAA.

El presidente Trump firma la carta de inciativa que pone en marcha la privatización del sistema de control aéreo de Estados Unidos.
El presidente Trump firma la carta de inciativa que pone en marcha la privatización del sistema de control aéreo de Estados Unidos.

Donald Trump se ha reunido con los presidentes de las principales aerolíneas de Estados Unidos para que acepten crear una empresa no de lucro para gestionar el control aéreo, algo por lo que estas aerolíneas llevan mucho tiempo haciendo lobby.

Según personal de la Casa Blanca, con esta privatización se aceleraría la implementación de un sistema de control más moderno dado que con la FAA, el programa NextGen, equivalente al Cielo Único europeo avanza demasiado lento. Aerolíneas y controladores culpan de esto a la falta de presupuestos adecuados y consistentes por parte del Congreso de EE.UU. También se ha señalado la falta crónica de controladores en muchos centros como otro de los motivos por los que la nueva generación de sistemas de control aéreo no avanza.

Esta medida de privatizar el ATC estadounidense ya se contemplaba en la propuesta de presupuestos nacionales de este año. En 2016 el sindicato de controladores se mostró a favor de esta privatización siempre y cuando los controladores mantuviesen sus beneficios, salarios y representación sindical. Sin embargo, desde el sindicato Professional Aviation Safety Specialists, AFL-CIO, que representa a unos 11.000 trabajadores de la FAA se ha criticado esta operación: “Privatizar el sistema de aviación más grande y complejo del mundo es un paso arriesgado e innecesario en este punto clave de su modernización. Se están haciendo progresos verdaderos a través de los programas Next Generation Air Transportation System (NextGen). Romper el sistema para establecer un monopolio quitará el foco de los sustanciales progresos ya realizados. Esto ralentizaría las mejoras y posiblemente comprometería la seguridad para arreglar un sistema que no está roto”,

Y esta no es la única voz en contra al mismo tiempo que se producía la reunión en la Casa Blanca. Numerosos profesionales, analistas y especialistas en control aéreo y transporte aéreo se muestran en contra de esta posible privatización, poniendo en duda la capacidad de las aerolíneas de poder gestionar más de 300 centros de control, con más de 30.000 empleados a la vista de los problemas que las aerolíneas muestran cada poco tiempo, con caídas de sus sistemas, aviones que quedan abandonados durante horas en las plataformas de los aeropuertos, con sus pasajeros a bordo (tantos que se ha tenido que elaborarse un protocolo para estos incidentes; y sin olvidar como tratan a sus clientes; cuestionándose “si están listos para manejar complejas modernizaciones tecnológicas”.

La privatización también eliminaría los impuestos a los pasajeros aéreos en favor de un sistema de tarifas de usuario. Y esto también se ha puesto en duda legalmente, cuestionándose si una corporación como la propuesta puede imponer estos cargos legalmente.

También se ha criticado la cesión gratuita de un activo público clave a las aerolíneas, que así podrán obtener nuevos beneficios económicos de los pasajeros.