El Consejo de Ministros del 28 de septiembre aprobó el nuevo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) para los años 2022-2026 en el que se prevé un gasto de 2.250 millones de euros en la denominada inversión regulada.
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El nuevo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) que regulará parte de las inversiones de Aena en los aeropuertos españoles entre 2022 y 2026 ha tenido una gestación más que problemática.
Cuando todo parecía listo para que pudiese ser llevado a Consejo de Ministros para su aprobación, ocurrió la debacle en Cataluña con la cancelación del preacuerdo para la ampliación del aeropuerto de Barcelona–El Prat.
Como consecuencia de ello, la Dirección General de Aviación Civil, encargada de su redacción, tuvo que rectificarlo, y finalmente el 28 de septiembre fue aprobado por el Consejo de Ministros.
Tras esta aprobación, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha comparecido ante los máximos responsables de la aeronáutica española en su ministerio, acompañados de varios altos directivos de aerolíneas y la prensa.
La ministra señaló en su comparecencia que: “La red de aeropuertos es esencial para el desarrollo de la actividad económica de España. Es la principal puerta de entrada al turismo y nos conecta con el mundo. Y, lo que es más importante, contribuye a la conectividad y a la cohesión de todos nuestros territorios, y es estratégico en el caso de los extrapeninsulares”.
Del DORA, explicó que “representa un instrumento esencial para garantizar la accesibilidad e idoneidad de la red de aeropuertos de España. Es la herramienta que vertebra la actividad regulada de Aena en materia de capacidad, calidad, inversión, eficiencia en los costes, así como el comportamiento de las tarifas durante los próximos cinco años. En definitiva, establece un marco regulatorio que aportará estabilidad y predictibilidad, tanto para las compañías aéreas, como para los usuarios respecto a las infraestructuras aeroportuarias”.
El DORA, recordemos, contempla tan solo las inversiones relacionadas con los servicios aeroportuarios básicos, “es decir –explican desde el ministerio-, los que se prestan a las aeronaves y también a los pasajeros, cuyos costes se recuperan a través de las tarifas”. Este documento no entra en las inversiones comerciales, como pueden ser por ejemplo la instalación de nuevas tiendas en los aeropuertos o las relaciones de Aena con las empresas que explotan estas.
Sánchez explicó, como hizo a continuación María José Rallo, secretaria general de Transportes y Movilidad, que este nuevo DORA tiene como objetivos principales la sostenibilidad medioambiental “como eje vertebrador de las actuaciones”; la recuperación del tráfico “y la gestión eficiente de la red aeroportuaria en términos de seguridad y de calidad”; y la innovación “como pieza esencial para la eficiencia y la calidad en la prestación del servicio”.
En esta línea, la ministra definió “como un marco equilibrado, con unas inversiones moderadas, que permitirán dar respuesta a las necesidades de los usuarios y superar las graves consecuencias que la pandemia ha provocado en el transporte aéreo”.
Así, el DORA 20222-2026 contempla medidas de mejora de la calidad del servicio “que se medirá a través de 17 indicadores relativos a la satisfacción percibida por los pasajeros, los tiempos de espera o la disponibilidad de las infraestructuras”. Seis de esos indicadores serán nuevos y enfocados en la sostenibilidad medioambiental, incluyendo la reducción de emisiones de CO2, la eficiencia en el uso de los recursos, y el reciclado de residuos.
En el aspecto de inversiones, en el DORA se apuesta por la recuperación del tráfico aéreo para 2025, cuando se alcanzaría el nivel de 2019, y en 2026 llegar a los 282 millones de pasajeros, con una capacidad máxima de los aeropuertos de 348 millones anuales al final de este período.
Con ello, la denominada inversión regulada será de 2.250 millones de euros para el período. Esta incluye desde obras y mejoras en los campos de vuelo (pistas, rodaduras y plataformas), a las terminales.
Estas inversiones, según nos señaló la secretaria de Estado a nuestra pregunta, son independientes de si se produce la recuperación o no del número de pasajeros que se espera en el período de este DORA.
Al margen de las inversiones ambas subrayaron que este DORA establece también la congelación de las tarifas de Aena durante los próximos 5 años, “lo que sitúa las tarifas de Aena entre las más competitivas, y contribuirá a atraer nuevas compañías y a la recuperación del sector del transporte aéreo”.
Tanto la ministra como la secretaria de Estado, en sus intervenciones, destacaron las inversiones previstas en varios aeropuertos, y que: “Una de las inversiones más destacadas será el Plan Fotovoltaico, que permitirá a Aena la autogeneración de toda su energía eléctrica en el año 2026”.
Por lo que a esas inversiones aeroportuarias que destacaron, hablaron de Madrid–Barajas donde se “van a iniciar todas las actuaciones necesarias para ampliar el aeropuerto, que se materializará a partir de 2027 con el siguiente DORA. Es objetivo de esta ampliación es el de ampliar el hub de Madrid, que ya cuenta con un 30 por ciento pasajeros en tránsito. Ello representa la puerta de entrada de Europa a Latinoamérica, con una cuota de mercado de casi el 26 por ciento. La ampliación prevista no sólo consolidará el hub, sino que permitirá expandirlo a las rutas de Asia-Pacífico. Por lo que prevemos que el desarrollo del aeropuerto permitirá aumentar la contribución al PIB de la Comunidad hasta el 12 por ciento, desde el 9,3 por ciento actual”.
Cifraron en 404 millones de euros los que se invertirán en el tiempo de vigencia de este plan de inversiones. Según explicaron: “El DORAII abordará los trabajos técnicos para la ampliación y las obras en la T4 y la T4S a partir de 2025, con una inversión de 404 millones de euros y el resto de las obras se ejecutarán ya durante el DORAIII”. Los números romanos hacen referencia a que son el segundo y tercer DORA que se han o se redactarán.
Sobre Barcelona, los 120 millones de euros previstos para la ampliación del aeropuerto, “serán distribuidos en proyectos transversales no regionalizables para toda la red de aeropuertos, y serán destinados fundamentalmente a energías renovables, sostenibilidad e innovación”.
Destacar que, Sánchez, ex alcaldesa de Gavá, uno de los pueblos cercanos al aeropuerto de Barcelona–El Prat y “afectado” por las operaciones aéreas del mismo, y que en su tiempo en ese cargo se opuso a la ampliación aeroportuaria, comentó sobre la cancelación que era: “Una situación que como catalana me entristece y lamento porque realmente pienso que hemos perdido una gran oportunidad de contribuir a un futuro para mejorar Cataluña y también para España”.
Aun con la cancelación de la ampliación (alargar la pista 07R/25L en 500 metros hacia el este y la construcción de un edificio satélite), el DORA contempla una inversión de casi 245 millones “destinada, sobre todo, a la seguridad operacional y de personas, el mantenimiento de las instalaciones y a la sostenibilidad”.
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