Un Airbus A300 es la nueva atracción turística de la ciudad turca de Kusadasi. Ha sido hundido para formar un nuevo arrecife.
Barcos y aviones hundidos son un atractivo de muchas zonas de buceo. Unos han acabado en el fondo marino por accidente. Otros, hundidos a propósito para atraer a la fauna una vez las plantas submarinas lo han colonizado.
A principios de este año 2016 el gobierno de la provincia de Aydin compró un Airbus A300 que estaba fuera de servicio por 270.000 liras turcas para hundirlo frente a la costa de Kusadasi, un importante centro turístico playero de la provincia situado frente a la isla de Samos.
El A300, de 36 años de antigüedad, estaba fuera de servicio en el aeropuerto de Estambul y en abril comenzó a ser preparado para ser hundido, retirándose cualquier elemento contaminante, los interiores, ventanas y otras piezas. Una vez completados los trabajos fue trasladado a Kusadasi y el sábado 4 de junio hundido, en una operación que duró más de dos horas desde que el avión fue colocado sobre el agua hasta que finalmente desapareció bajo las aguas, quedando sobre el fondo a unos 25 metros de profundidad.
Las autoridades de Aydin estiman que atraerá unos 250.000 nuevos turistas al año deseosos de bucear en este pecio. Desde 2009 otros cuatro aviones de menor tamaño han sido hundidos también en otras zonas de la costa turca con el mismo fin.
Hace un par de años otro A300, en este caso que había pertenecido a la aerolínea PIA de Paquistán fue hundido frente a isla palmera de Dubai con el mismo fin. En este caso se trata del A300 AP-BCJ que el 17 de octubre de 2001 se salió de la pista en Dubai al aterrizar procedente de Islamabad y Peshawar. Los daños que sufrió hicieron inviable su reparación.
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