El PSOE y Sumar han firmado su acuerdo para formar gobierno en el caso de que Pedro Sánchez supere su investidura. En el mismo, solo se cita la aviación dos veces.
48 páginas ocupa documento que PSOE y Sumar han hecho público como su acuerdo para formar Gobierno.
En el mismo, de las 230 medidas de gobierno que recoge, solo tres hacen referencia al sector aéreo, de ellas solo una realmente le afecta.
Una es dentro del contexto de hidrógeno verde y sus posibles usos: “Apostaremos por el despliegue racional del hidrógeno renovable atendiendo a su viabilidad técnico-económica y al potencial internacional de España en el desarrollo y producción de este vector energético, destinándose a procesos de difícil electrificación (ciertos usos industriales, transporte pesado terrestre, aviación, transporte marítimo)”.
Otra, dentro de la apuesta por el ferrocarril, principalmente desde Sumar y los partidos que lo integran: “Ampliaremos y modernizaremos la red de Cercanías valenciana, y la línea Alicante-Murcia y conectaremos el Aeropuerto Alicante-Elche Miguel Hernández con las ciudades de Elche y Alicante”.
En 2022, el entonces presidente de la comunidad valenciana anunció ya este proyecto. En marzo de 2023, la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo ya aprobó por unanimidad incluir estos enlaces dentro de la Red Transeuropea de Transportes del Corredor Mediterráneo. Co ello se daba un carácter prioritario y podría acceder a financiación europea.
La única que podría tener efectos a corto plazo es: “Tal y como han hecho otros países de nuestro entorno, impulsaremos la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de 2 horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales”.
Como se puede leer, se habla de “impulsar la reducción de vuelos cortos nacionales”,no de prohibirlos.
Las aerolíneas, como expresaba hace unos días Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas, siempre han considerado una mala idea la prohibición, ya que consideran que los principales usuarios de esas rutas aéreas son ya pasajeros que conectan con otro vuelo. Y si ven dificultada su conexión, principalmente en Madrid o Barcelona, podrían optar por volar a otra ciudad europea donde hacer cómodamente su conexión, con el resultado que ese pasajero emitiría en su viaje más CO2 que el que se ahorraría al tomar un tren.
La redacción del punto, reafirma una vez más, como ocurrió en Francia, que se trata de una medida propagandista con muy poca repercusión real.
Actualmente, por ejemplo, Iberia tiene tres rotaciones diarias entre Madrid y Valencia, y los diferentes operadores de alta velocidad tienen más de 30 trenes en cada sentido. Las aerolíneas están en su mayoría por la intermodalidad avión-ferrocarril. Consideran que el tren es un complemento del avión más que un competidor. Pero para ello el tren de alta velocidad debe llegar al aeropuerto, y hacerlo varia veces cada hora para facilitar las conexiones. Y esto, está todavía muy lejos en el tiempo.
«Ayudando» al empleo en el sector aeronáutico…