Un Bombardier CRJ700 de American Eagle y un Sikorsky UH-60 del Ejército de Estados Unidos han chocado en el aire junto al aeropuerto Ronald Reagan de Washington y han caído al río Potomac.
Mal inicio de año para la seguridad aérea, con múltiples incidentes graves y accidentes, y ya media docena de aeronaves que nunca más volverán a volar. La buena noticia es que, de la veintena larga de accidentes (según su definición legal) que ya se acumulan, sólo en cuatro ha habido fallecidos.
Hasta ayer.
A las 20:46 hora local en Washington de ayer 29 de enero, 2:48 hora española del 30, se produjo el choque en el aire, a un kilómetro de la pista 33 del aeropuerto Ronald Reagan (antes aeropuerto National) de Washington entre un Bombardier CRJ700 de American Eagle, operado por PSA, matrícula N709PS, y un Sikorsky SH-60 del Ejército estadounidense. Ambas aeronaves se han estrellado en el río Potomac.
El CRJ700 cubría la ruta de Wichita (Kansas) a Washington (DC) con 60 pasajeros y cuatro tripulantes. El UH-60 estaba ocupado por tres militares y había despegado de la base de Fort Belvoir (Virginia), a unos 20 km al suroestem en línea recta del lugar del accidente.
Los equipos de rescate no han encontrado supervivientes en el río, en el que, por el frío, se estima en menos de 90 minutos el tiempo de supervivencia.
Al parecer, el CRJ700 estaba en aproximación a la pista 01 del aeropuerto, cuando se pidió a la tripulación si podían hacerlo en la 33. Con el avión ya establecido para aterrizar en dicha pista, a entre 200 y 120 pies sobre el suelo se produjo la colisión. Según algunos testigos, el CRJ700 cayó al agua invertido o casi, con un alabeo de más de 90 grados.
Tras el accidente se cerró el aeropuerto, y según la FAA, este cierre permanecerá en efecto hasta las 5 de la mañana locales del 31 de enero.
Este accidente se ha producido un día después de que los 170 pasajeros y 6 tripulantes de un Airbus A321 de Air Busan evacuasen el avión (matrícula HL7763) al incendiarse durante el embarque para un vuelo entre Busan (Corea del Sur) y Hong Kong (China). El avión quedó destruido por el fuego pese a la intervención de los bomberos del aeropuerto.
El fuego se inició en uno de los armarios de techo en la parte trasera de la cabina de pasaje. Aunque todavía se está investigando, el fuego podría haberse iniciado por una batería de litio en un equipaje de mano.
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