Si hace unos días la FAA ordenaba revisar los WC de los Boeing 787, ahora le ha tocado el turno a los de los Boeing 737.
Los WC de los aviones suelen ser la pieza de equipamiento que más noticias generan. La mayoría de las veces cuando uno, o varios, dejan de funcionar a medio camino de un vuelo de larga distancia. La solución pasa casi siempre, por clausurar el ofensor u ofensores para el resto del vuelo. Pero a veces no es posible y los pasajeros terminan haciendo una escala no prevista (que no deseada vista las circunstancias) para efectuar las oportunas reparaciones.
Hace unos días, la FAA de Estados Unidos anunciaba que se había puesto en marcha el proceso legal para ordenar que se revisasen los anclajes de los WC de los aviones Boeing 787. Varios casos de corrosión en estos, hacían temer que en determinadas circunstancias, dichos anclajes se pudiesen romper, y la estructura completa moverse, hiriendo a algún pasajero u obstaculizando el acceso a las salidas del avión.
El nuevo problema detectado en un WC de a bordo se refiere a los instalados en los Boeing 737. Y en ese caso se trata de un problema con la puerta que ya ha dejado encerrados a muchos pasajeros en todas partes del planeta.
Se ha destacado que el incidente que ha llevado a poner en marcha esta nueva directiva de aeronavegabilidsd ocurrió en 2024 a bordo de un avión de la aerolínea india Spcicejet, en el que un pasajero permaneció encerrado la hora y 45 minutos que duró el vuelo.

Un pasajero encerrado en un WC tiene su componente de seguridad en vuelo ya que, por una parte los WC no van dotados de cinturones de seguridad, lo que imposibilita legalmente su uso durante el despegue, aterrizaje y vuelo en turbulencia ante el peligro de resultar herido por golpearse contra los elementos del mismo. Y por otra parte, por la imposibilidad de poder evacuar el avión en caso de cualquier motivo que obligue a ello.
El defecto se ha identificado en una guía de plástico en las puertas plegables que pierde su fuerza estructural tras unos 5.000 ciclos de apertura y cierre de la puerta, lo que se estima ocurre en entre dos y tres años de uso.
Según la FAA estarían afectados unos 2.614 aviones de las tercera y cuarta generación del B-737 (737-700/800/900/900ER y B-737-8/9).
Para llevar a cabo el cambio de la pieza la FAA estima un coste de 451 dólares por WC, incluyendo piezas y dos horas de mano de obra (a 85 dólares/hora); lo que sumaría unos 3,4 millones de dólares para toda la flota afectada.
Si otras agencias de seguridad hacen suya esta orden, la cifra de aviones se multiplicaría casi por tres, ya que serían otros 6.000 aviones.
El proceso de publicación incluye hasta el 27 de mayo para presentar alegaciones.
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