Los dos aviones que el Ministerio de Emergencias ruso envió a Portugal han cerrado su campaña en el país apagando incendios forestales.
El 15 de agosto los servicios de emergencia gallegos se colapsaban con llamadas de que un avión de pasajeros se había estrellado en el río Miño. En realidad era uno de los dos aviones de Beriev Be-200 que habían llegado unos días antes a Portugal para ayudar a combatir los fuegos en los montes del país.
Ante la solicitud portuguesa de ayuda contra el fuego, el Ministerio de Emergencias ruso envió estos dos aviones (no es la primera vez que Be-200 actúan en Portugal), llegando al país el 13 de agosto.
En tres semanas, según ha señalado dicho ministerio, han ayudado a apagar 26 incendios forestales que amenazaban a 13 ciudades y pueblos y tres parques naturales, habiendo realizado 122 descargas de agua, con un total próximo a las 1.500 toneladas del líquido elemento. La población de esas 13 ciudades y pueblos superaba en su conjunto las 68.000 personas.
Sólo en su primer día de actuación extinguieron dos incendios que habían afectado a unas 500 hectáreas lanzando unas 200 toneladas de agua en 17 descargas. Sin embargo, esta actuación tuvo su precio.
Cuando uno de los aviones estaba haciendo una descarga cerca de São Pedro do Sul, al atravesar la nube de humo chocó con una serie de árboles. Con pérdida de potencia en uno de los motores, la tripulación decidió regresar a su base en Monte Real, donde una revisión exterior mostró daños en los bordes de ataque de ambas alas, flaps del ala izquierda y un agujero en el flotador izquierdo.
Se da la circunstancia que 10 años antes, el 6 de julio de 2006 (temporada a la que pertenece el video), otro Be-200 ruso tuvo un incidente similar no muy lejos de este de 2016. Entonces fue en Barragem da Aguieira, al suroeste de Viseu, mientras que São Pedro do Sul está al noroeste de Viseu. Ambos puntos están separados por unos 50 km en línea recta.
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