Boeing y la universidad de Arizona han comprobado que, como ellos mismos señalan “una técnica antigua”: el calor, mata al virus del COVID-19.
Luz ultravioleta y líquidos desinfectantes son dos de los sistemas más usados para eliminar al SARS-CoV-2, el coronavirus más conocido como COVID-19.
Ahora, tras una serie de estudios, técnicos de Boeing y de la Universidad de Arizona han comprobado que lo que todo cocinero y médico (entre otros profesionales) saben: Que el calor desinfecta, es también aplicable a la lucha contra el COVID-19.
En este caso, los investigadores han logrado matar a más de un 99,99 por ciento de los virus presentes tras “hornear” la cabina del avión a 50 grados centígrados durante tres horas, y más del 99,9 por ciento haciéndolo a 40 grados.
El doctor Charles Gerba, experto en microbiología y enfermedades infecciosas de la Universidad de Arizona lo ha confirmado: “La desinfección térmica es una de las medidas más antiguas para eliminar los microorganismos que provocan enfermedades. Los microbiólogos la usan en el laboratorio a diario”.
Michael Delaney, encargado de dirigir los trabajos de la Iniciativa de Viajes Seguros de Boeing ha señalado: “La desinfección térmica podría suponer otra valiosa herramienta para destruir el virus en los componentes delicados y de difícil alcance que protegen a los pilotos. La seguridad de pasajeros y tripulaciones es nuestra máxima prioridad, y abarca desde la cabina de pasajeros hasta la cabina de vuelo«.
Desde Boeing han valorado positivamente este avance señalando que “En zonas con equipamiento electrónico delicado el calor tiene la capacidad de desinfectar sin los efectos adversos de los productos de limpieza tradicionales. La cabina de vuelo está diseñada para soportar temperaturas de hasta 70 grados centígrados, con lo que la desinfección térmica se convierte en un método de desinfección seguro, práctico y efectivo”.
Este sistema de desinfección, sin embargo es difícilmente aplicable en las escalas a diferencia de otros ya usados, dado que pocas superan el tiempo de aplicación más el preciso para montar los equipos, calentar, enfriar y desmontar, y el que los pilotos precisan estar con antelación en sus asientos para preparar el vuelo.
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