El nuevo plan de Defensa de Japón incluye la conversión de dos portahelicópteros a portaviones.
El Gobierno de Japón ha aprobado el nuevo plan de Defensa para los próximos cinco años, con un gasto de 242.000 millones de dólares hasta 2024, y que incluye dotar a su Marina con portaviones por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
En 2009 la Marina de Japón puso en servicio el primero de dos destructores portahelicópteros, los Hyūga e Ise, similares en características al Principe de Asturias de la Marina española.
Ese mismo año se anunció la construcción de una nueva clase de este tipo de buques, de mayores dimensiones, con dos buques, el Izumo y el Kaga, puestos en servicio en 2015 y 2017 respectivamente.
Estos tienen un desplazamiento de 27.000 Tm a plena carga, miden 248 metros de largo (con una cubierta corrida con cinco posiciones de toma) y 38 de manga, y su velocidad máxima es de superior a 30 nudos.
Aunque la dotación normal de estos dos destructores portahelicópteros es de 7 helicópteros de lucha antisubmarina y dos SAR, pueden transportar a hasta 28 aviones. Además pueden transportar a 4.000 soldados, 50 camiones de 3,5 Tm o equivalente.
Estos dos buques serán los que ahora se transformarán a portaviones, equipándolos para el lanzamiento de aviones de combate STOVL, presumiblemente Lockheed Martin F-35B.
El plan quinquenal incluye también la compra de 42 aviones para equipar estos dos portaviones, así como 105 F-35A para operar desde tierra por la Fuerza Aérea. Estos 147 aviones tendrían un coste de más de 8.800 millones de dólares.
Desde el Gobierno japonés se ha indicado que estos buques servirán para contrarrestar la creciente presencia china en aguas próximas a Japón y la puesta en servicio de portaaviones por este país. No obstante, no está previsto que la Marina japonesa embarque permanentemente los aviones en los portaviones, sino que los opere desde tierra.
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