Con una inversión de 100 millones de euros por la británica Invema, Celestia Aerospace está poninedo en marcha su centro de producción de nanosatélites.
A finales de 2022, la empresa española con sede en Barcelona Celestia Aerospace tiene previsto que sus primeros nanosatélites vuelen al espacio para sus pruebas iniciales de funcionamiento.
Antes de ello, y tras haber firmado con el grupo británico Invema una capitalización de 100 millones de euros, está poniendo en marcha su centro de producción de estos con una capacidad de hasta 100 ejemplares al año.
Celestia iene previsto ofrecer un servicio “llave en mano 360º, que abarca todas las fases del ciclo de vida de los nanosatélites, desde su diseño y fabricación, hasta su lanzamiento y operación”, explican desde la empresa, y al centro de producción se suman, para ello, “un centro de desarrollo de lanzadores, y otro centro de operaciones para Sagittarius, sistema de lanzamiento pionero en su clase y exclusivamente dedicado a la puesta en órbita de nanosatélites, tanto los que desarrolla la propia compañía como para los desarrollados por terceros”
Celestia apuesta para el lanzamiento de sus nanosatélites, cubos de 10 cm de lado y 1 kg de peso “para la creación de constelaciones destinadas a la observación de la Tierra y a comunicaciones seguras, entre otras aplicaciones”, por un cohete combustible sólido capaz de transportar hasta 16 kg de carga útil y bautizado The Space Arrow. El nombre viene dado del hecho de que este será lanzado desde un MiG-29, que llevará el cohete hasta los 65.000 pies de altitud para su lanzamiento. El MIG-29, un ejemplar biplaza, que permitiría a un representante de la empresa propietaria de los nanosatélites volar en él junto al piloto, se ha bautizado Archer 1.
Celestia trabaja en dos versiones de este cohete, una de tres etapas y con capacidad para colocar hasta 16 nanosatélites en órbitas de hasta 600 km de altura; y otro para cuatro nanosatélites, de dos etapas capaz de situarlos en una parábola suborbital de 10 minutos de microgravedad. Cada vuelo del Archer podrá llevar dos cohetes lanzadores.
Celestia estima que podrá ofrecer un servicio con un tiempo de espera máximo entre lanzamientos de una semana, “a diferencia de los sistemas tradicionales en los que un nanosatélite espera una media de uno a dos años para ser lanzado; una total prioridad en la misión, a diferencia de los sistemas actuales en los que viajando el nanosatélite como carga secundaria, éste se halla sujeto al calendario y prioridades de misión del satélite principal junto al que es lanzado; y flexibilidad en el calendario, ya que el lanzamiento puede retrasarse o adelantarse a petición del cliente, pudiendo así ser acomodadas variaciones en el plan de desarrollo del nanosatélite”; explican desde Celestia.
Además de los citados centros de producción, lanzamiento y operaciones, Celestia tiene previsto crear una fundación, “cuyo objetivo es promover la educación y la ciencia en la sociedad y entre los jóvenes en particular. Entre otras actividades, la fundación otorgará becas y premios destinados a favorecer la aproximación de los jóvenes a la ciencia y a fomentar su formación”.
La empresa quiere involucrarse en el retorno a la sociedad “a través de la implicación con la formación y estimulación de los jóvenes, para que sueñen y recuperen la visión de que han nacido para no tener límites”. De esta forma, con este espíritu emprendedor con los jóvenes, desde Celestia recalcan que en sus planes de expansión de plantilla se priorizará “la incorporación de jóvenes recién licenciados y jóvenes procedentes de la Formación Profesional, que se formarán apoyados por los equipos de profesionales de amplia experiencia en el sector con el fin de constituir equipos multiedad, multiculturales y multidisciplinarios”.
Añadir comentario