El colegio público San Ignacio del Viar confía en Ellas Vuelan Alto para la redacción de su Constitución Escolar Lunar, un proyecto que ha traducido las inquietudes de un grupo de alumnos de este centro sobre el futuro de la exploración lunar.
La creación de una base permanente en la Luna es el próximo gran objetivo de las grandes agencias espaciales del mundo. Todo ello crea unos desafíos sin precedentes, y los alumnos del colegio público San Ignacio del Viar, de Alcalá del Río (Sevilla), se han dotado de una Constitución Lunar Escolar, con la ayuda de la delegación de Espacio de Ellas Vuelan Alto, y la implicación total de su responsable, Irene Rivera, y de Violeta Gandullo, miembro de esta división, para garantizar los derechos de los más pequeños sobre Selene, con el lema “Una misma Luna para Todos”.
Aunque sin valor legal alguno, quién sabe si esta Constitución Escolar Lunar no creará un precedente. Es lo que pensaron los alumnos del colegio público San Ignacio del Viar, en Sevilla. Guíados por dos de los profesores del centro Herminio Rodríguez y Jesús García, la propuesta empezó a sumar apoyos de instituciones de gran relevancia, desde la Casa Real a la presidencia de la Junta de Andalucía, y el de la Asociación Ellas Vuelan Alto, que se implicó desde el minuto uno en la redacción de la misma.
Irene Rivera, responsable de la división de Ellas Vuelan Alto, y Violeta Gandullo, miembro de esta división de Espacio de la asociación , de la división de Igualdad de la Asociación Española de Derecho Aeronáutico y del Espacio -AEDAE- además de técnica investigadora legal en Eurospace Hub, con un grupo de colaboradoras, se puso manos a la obra y de esa colaboración nació el texto ya publicado en formato digital.
Violeta Gandullo , y Marta Cardoso explican en la introducción de esta constitución su objetivo y su génesis: “La presente obra fue inspirada de acuerdo a los derechos y deberes transmitidos por los niños. Los estudiamos y adaptamos a los textos jurídicos internacionales vigentes relativos al espacio. Deseamos un cosmos mejor y al ser los creadores de esta Constitución Lunar y estar, como estamos comprometidos ante el bienestar de niños, niñas, adolescentes y de la ciudadanía en general, con la intención de encontrar la inspiración de crear un hábitat mejor en cualquier rincón del universo, asegurando a acceder al bienestar físico, mental, a la salud, al juego, a una alimentación saludable dentro de las limitaciones que un ambiente, sometido a condiciones de radioactividad, microgravedad, ausencia de luz natural y hasta de oxígeno permiten, creamos este instrumento para que los niños reflexionen sobre dichas limitaciones en esa nueva frontera.”
El texto otorga a los niños y adolescentes el distintivo de “guardianes del satélite lunar«, con participación activa, derechos y compromisos que aseguren un futuro de prosperidad e ilusiones. Con este marco jurídico refrendamos un pacto intergaláctico que guiará a las generaciones futuras hacia un lugar de igualdad, ensoñación y Paz”, continúan las autoras, con la aspiración, comentan, de que “cada niño, niña o adolescente y la ciudadanía en general encuentre en nuestro satélite natural el florecimiento creativo pleno de amor y esperanza.”
Todo ello, explica Violeta Gandullo a Fly News, con un lenguaje accesible para los más jóvenes, alejado de los corsés que imponen los textos legales, y con una presentación que tuvo en cuenta los gustos de este grupo de edad. Las ilustraciones, que forman parte inseparable de esta Constitución, fueron creación de Alejandra Romero, una reputada ilustradora argentina de literatura infantil, que ha puesto todo su talento a disposición del proyecto con un resultado que a la vista está.
De hecho, en el proyecto hay una gran implicación de mujeres de América Latina, que han puesto también su granito de arena en esta primera «Constitución Escolar Lunar”.
“EN LA LUNA NO EXISTE LA PRIMAVERA”
Hablamos con Violeta Gandullo del proyecto y su desarrollo, y de todas las anécdotas que surgieron en las distintas reuniones con los alumnos, y en representación de todo el equipo que ha contribuído a su redacción. En la imagen superior, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, las protagonistas: Violeta Gandullo, Doris Conde, Marta Cardoso, María Testa, Patricia Medina, Astrid Duque y Alejandra Romero.
P.- ¿Cómo surge la idea?
R.- La idea de crear una Constitución Escolar Lunar surge originariamente en el mes de Octubre por parte de la asociación EVA ( Ellas Vue+lan Alto), a propuesta por la responsable de la División de Espacio de EVA Irene Rivera, si bien en un principio esta cooperación se iba a limitar a redactar un par de artículos relativos al Derecho a la Igualdad, a la Equidad y la posición de la mujer en nuestros satélite natural. Fue posteriormente, durante el mes de noviembre, durante una reunión aclaratoria con el profesor Herminio Rodriguez del Pozo cuando decidimos que deberían ser regulados un conjunto de derechos, libertades y obligaciones y que además debería ser codificado, es decir, adoptar la forma de Código, en este caso de «Constitución Lunar.”
P.- El resultado final está muy orientado a este público joven, me encantan las ilustraciones.
R.- Pensé que siendo una constitución escolar sería una muy buena idea que llevase ilustraciones y así me puse en contacto con la diseñadora gráfica de la Consultora Legal de la que soy socia cofundadora y con la que habitualmente colaboro, Alejandra Romero, que reside en Mar de Plata (Argentina) quien es además Ilustradora Infantil en Editora del Gato Ilustrado, con varios premios internacionales, uno de ellos recibido en nuestro país. Y puesto que las dos habíamos colaborado en el número de noviembre del «Mundo de Batata» publicación de la que es autora la también argentina Marta Cardoso, le propusimos colaborar en la Constitución y se encargó de adaptar el lenguaje de los principios de la Constitución Escolar Lunar, están redactados con rigor jurídico primero y luego traducidos a un lenguaje asequible para todas las edades.
P.- ¿Cómo os organizasteis?
R.- Mantuvimos una primera reunión con el profesor y los niños, quienes nos pasaron una relación de derechos y libertades y otra de obligaciones. Entonces nos pusimos manos a la obra, en mi caso, dándole forma de articulado, respetando las ideas arrojadas por los niños pero estableciendo, en aquellos casos que fuese factible que las obligaciones se convirtiesen en los límites de los derechos.
Cada una de nosotras trabajaba por separado, y nos reuníamos los fines de semana para intercambiar y armonizar ideas y dibujos. Ya en el mes de diciembre entraron a colaborar la ingeniera colombiana Astrid Duque CEO de Woman Aero Steam, de la que soy socia Directora (Asociación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo reducir la brecha de género en las carreras STEAM en el ámbito aeronáutico y espacial) quien nos dio soporte general, y a finales de diciembre entraron la abogada ecuatoriana Doris Conde, quien hizo aportaciones al articulado regulando los derechos de elección de cargos públicos y representantes, y la pedagoga argentina Patricia Medina quien definió el glosario no técnico.
A finales del mes de enero pensamos que puesto que la Constitución Escolar Lunar está escrita con una grafía que facilita su lectura a aquellos niños con dislexia y TDAH y puesto que habíamos acordado una gama de colores cálidos más agradable para ellos, decidimos dar un paso más y hacerlo más inclusivo traduciendo al braille los enunciados de los artículos, que a fin de cuentas, eran las aportaciones que habían realizado los alumnos del Colegio de San Ignacio del Viar y así entró a colaborar con nosotras María Isabel Testa.
P.-¿Qué recorrido le auguras a la Constitución, crees que los astronautas de la ISS la acabaran leyendo?
R.- La idea era presentarla ante la propia Agencia Espacial Española en primer lugar, y luego a los astronautas de la ISS, pero aunque lo hemos solicitado todavía no tenemos respuesta, esperemos que tomen nota y a través de Woman Aero Steam le vamos a dar difusión en LATAM.
P.- ¿ Qué principios han inspirado la redacción de la constitución?
R.-La Constitución Escolar Lunar tiene rigor jurídico pese a ser una ficción y está redactada en base a los principios recogidos en el Corpus Iuris Spatialis, los Acuerdos Artemis y los Principios Fundamentales recogidos en la Carta Magna del Espacio como son: el principio de libertad de exploración y utilización del espacio ultraterrestre, el principio de no apropiación, el principio de Desmilitarización del espacio ( entendido como uso no agresivo del mismo) y por supuesto, el principio de Cooperación y Asistencia mutua en las actividades espaciales, entre otros, como pese a su rigor jurídico, es una fantasía nos hemos concedido una serie de «licencias artísticas» claro está, incluyendo, por ejemplo, como «turistas espaciales» a otras civilizaciones del espacio ultraterrestre.
P.- ¿Cómo fue trabajar con niños, en un terreno, en principio tan árido como puede ser el derecho espacial, o tan técnico como la exploración lunar?
R.- Ante todo me gustaría recalcar que esta constitución es fruto de la cooperación internacional ( que además es uno de los principios esenciales del Derecho Espacial) , y que ha sido un proceso de aprendizaje común, fruto de la multidisciplinariedad del equipo. Nuestras reuniones, donde hubo que armonizar 4 husos horarios, fueron no sólo productivas también muy divertidas y sirvieron para divulgar por mi parte conocimientos de Derecho Espacial Internacional a fin de que, no sólo los niños, sino el resto del equipo lo pudiese reflejar en sus aportaciones, así se tuvo en cuenta.
En esta labor de aprendizaje me gustaría destacar las anécdotas que surgían en las reuniones con los niños, con cuestiones como la propiedad en la Luna, para explicarles por qué la gente no podía tener su propia parcela selenita ( en base al principio de no apropiación) o por qué debido a la radiación lunar y el regolito lunar lo más probable es que se habiliten los gigantescos tubos de lava para residir a aquellos que suban a realizar actividades en la Luna y porque pese al interés de los niños en subir una vaca al espacio, lo cierto es que debido a la escasez de recursos este no sería el animal más adecuado para, no sólo por peso, si no por la cantidad diaria de ingesta de agua y hierba, pero sí les permitimos crear colonias de abejas, y subir al gato.
También se explicó que la «primavera» en la Luna aunque con otro encanto debido a su luz plata, no estaba revestida de los colores de los que disfrutamos aquí en la Tierra. Ellos querían que uno de los artículos recogiera la vida en primavera en la Luna.
En la fase final mantuvimos varias reuniones de coordinación para comprobar que no se había incurrido en contradicciones y terminar de traducir a dibujos algunas ideas y una reunión final de cierre y entrega a los niños de dicha Constitución Lunar.
Al final todos aprendimos de todos y sobre todo quisimos que EVA estuviese reflejada en la redacción de aquellos artículos más sensibles con el mal llamado sexo débil, a fin de que nuestra equiparación en la Luna, también fuera real no sólo en el texto sino en el satélite y que en su caso estas ideas permeen en las mentes más jóvenes razón, por la cual, puse un especial cuidado en el desarrollo del artículo del Derecho a la Educación como el pilar esencial de toda sociedad mejor.
Sin duda, un trabajo excepcional. Ojalá los Gobiernos tomen nota de cómo debería ser la vida en la Luna, en base al conocimiento legal y técnico de Violeta y su equipo, y de la inocencia de este grupo de niños de un colegio público de Sevilla.
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