El primer satélite del programa hará una reentrada controlada en septiembre, marcando un hito en la exploración espacial sostenible.
El 8 de septiembre de 2024, el primero de los cuatro satélites que componen la misión Cluster de la Agencia Espacial Europea (ESA) reentrará en la atmósfera terrestre sobre el área deshabitada del Océano Pacífico Sur, marcando el final de esta histórica misión tras más de 24 años en el espacio. Aunque los tres satélites restantes también cesarán sus observaciones científicas, se espera que los datos recopilados continúen generando descubrimientos durante años.
Cluster fue lanzada en el año 2000 con la misión de estudiar la magnetosfera terrestre, el escudo magnético que protege nuestro planeta del viento solar. Este entorno magnético es crucial para la habitabilidad de la Tierra, ya que nos protege de la radiación solar dañina. Aunque la misión estaba pensada para durar dos años, durante más de dos décadas, Cluster ha mejorado la comprensión del clima espacial, es decir, la influencia del viento solar en la magnetosfera, ayudando a prever fenómenos como las tormentas geomagnéticas que pueden afectar las comunicaciones, los suministros eléctricos y los satélites.
La reentrada controlada de los satélites de Cluster es pionera en la mitigación de desechos espaciales, un esfuerzo que va más allá de los estándares internacionales y busca posicionar a la ESA como líder en la exploración espacial sostenible. El satélite «Salsa» será el primero en reentrar, seguido de «Rumba», «Samba» y «Tango», en un proceso que se extenderá hasta 2026. La ESA está considerando observar la reentrada de Salsa desde un avión para estudiar cómo los satélites se desintegran en la atmósfera, lo que proporcionaría datos valiosos para diseñar satélites que no dejen residuos. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia de la ESA para reducir su impacto ambiental en el espacio.
Tras la reentrada de Salsa, los satélites restantes entrarán en un modo de «mantenimiento», donde aunque no realizarán mediciones científicas, serán monitoreados para evitar colisiones. Esta misión pionera prepara el terreno para futuros proyectos, como el Explorador de Enlace Viento Solar-Magnetosfera-Ionosfera (Smile), que la ESA lanzará en 2025 en colaboración con la Academia China de Ciencias para continuar explorando el entorno magnético terrestre.
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