La NASA acaba de anunciar que está dispuesta a abrir la puerta de la Estación Espacial Internacional (ISS) a los turistas espaciales, para que a partir de 2020 puedan viajar y permanecer a bordo un máximo de 30 días.
De acuerdo con Robyn Gatens, responsable de la ISS en la Agencia estadounidense, se trata de una iniciativa para que un máximo de una docena de astronautas privados puedan alojarse en la ISS cada año y, de ese modo, conseguir que la NASA disponga de una vía de financiación complementaria que contribuya al elevado coste de mantenimiento que le supone la estación orbital.
La NASA ha anticipado que los turistas volarían hasta la estación y regresarían a la Tierra con las naves espaciales privadas que están en plena etapa de desarrollo: la capsula Starliner de Boeing y la Crew Dragón de SpaceX, las mismas que usarán los astronautas de la NASA.
Ambas compañías asumirían la comercialización, la selección de los astronautas privados y el viaje de ida y vuelta, cuyo coste estima la NASA que rondaría los 58 millones de dólares.
Al transporte hasta el complejo orbital y regreso habría que añadir los costos de alojamiento, alimentación, agua, oxígeno y el sistema de soporte vital, todo a precio de oro, dados los altos costos de emplazarlos en órbita. De acuerdo con director financiero de la Agencia, Jeff DeWit, “cada jornada en órbita supondría un desembolso adicional de alrededor de 3.000 dólares”
Hasta el momento, tan solo Rusia ha permitido que, con cargo a sus plazas de cosmonautas, las naves Soyuz hayan transportado y alojado un total de siete turistas espaciales en sus módulos de la ISS, lo que se prolongó entre 2001 y 2009.
El primero de los turistas en visitar la ISS fue el multimillonario norteamericano Dennis Tito en 2001, que por permanecer del 30 de abril al 6 de mayo tuvo que abonar en torno a 20 millones de dólares.
El segundo fue el magnate sudafricano Mark Shuttleworth, que permaneció del 27 de abril al 5 de mayo de 2002, y el tercero el también estadounidense Gregory Olsen, del 3 al 10 de octubre de 2010.
La cuarta multimillonaria en cumplir su sueño fue la estadounidense de origen iraní Anousheh Ansari (2006), a la que siguieron los magnates estadounidenses Charles Simonyi y Richard Garriot. El último fue el canadiense Guy Laliberté, en octubre de 2009.
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