La NASA está preparando un nuevo vehículo autónomo para seguir la investigación en Marte, en el que la mayor novedad será que incluye un pequeño helicóptero.
Perseverance es el nombre que la NASA ha dado al próximo rover para seguir con la exploración de Marte. Para ello además incluirá un helicóptero.
El lanzamiento de Perseverance está previsto entre el 17 de julio y el 5 de agosto de 2020, y los técnicos de la NASA están dando ya los últimos toques al vehículo y sus sistemas antes de la prueba final y su encapsulado para el lanzamiento.
Entre las últimas labores realizadas ha estado la carga de combustible en la etapa de descenso (401 kg de hidracina que frenarán el descenso desde los 80 m/seg cuando esté a unos 2.200 metros sobre la superficie a 0,75 m/seg a 20 metros de altura), el pasado febrero, y la instalación en su posición de transporte, el pasado 6 de abril, del helicóptero que, como dicen en la NASA, “será la primera aeronave en la historia que intentará un vuelo controlado con motor en otro planeta”.
El helicóptero, fabricado básicamente en fibra de carbono, pesa 1,8 kg y cuenta con dos rotores contrarrotatorios de 1,2 metros de diámetro. Para su instalación en la parte inferior del rover, primero se montó en el sistema de transporte. Los tres componentes están unidos por 34 conexiones eléctricas para su suelta y despliegue así como para la carga de sus baterías previamente a su suelta. Para el vuelo dispone de unos paneles solares sobre los rotores que generarán la electricidad precisa.
La suelta y primer vuelo del helicóptero está previsto para unos dos meses y medio después de la llegada a Marte (prevista para el 18 de febrero de 2021). Una vez depositado en el suelo, el rover se apartará unos 100 metros y comenzarán las pruebas operativas del mismo antes del vuelo.
Este helicóptero no realizará ningún experimento relacionado con el Rover. Es un experimento en sí mismo, dado que su misión no es otra que servir de demostrador tecnológico para el vuelo en la tenue atmósfera marciana. El objetivo es realizar al menos un vuelo en los siguientes 30 días a su suelta.
La misión principal de Perseverance será buscar restos de posible actividad de microbios en el pasado de Marte, “y caracterizar el clima y la geología del planeta, recolectar muestras para el futuro retorno a la Tierra y allanar el camino para la exploración humana del planeta Rojo” definen desde la NASA.
El rover Perseveranxce mide 3 metros de largo, 2,7 de ancho y 2,2 metros de altura, sin contar el brazo robótico con el que recogerá muestras del suelo para su análisis ni la torre que alberga el sistema de guiado y algunos instrumentos. Pesa 1.025 kg y el punto de aterrizaje está marcado en el cráter Jezero, en lo que se supone era el delta de un antiguo río que alimentaba un lago que ocupaba el cráter. La misión está prevista que dure unos dos años terrestres al menos (un año marciano). Su velocidad sobre terreno llano y duro es de 152 metros a la hora.
Entre los instrumentos que porta está el denominado MEDA, siglas en inglés de Analizador de Dinámica Ambiental de Marte, que medirá la temperatura en la zona, la velocidad y dirección del viento, presión atmosférica, humedad relativa, y el tamaño y forma del polvo en el aire. El principal responsable de este es José Rodríguez-Manfredi, del Centro de Astrobiología del INTA.
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