Los dos raules al frente de PLD Space, junto a Ezequiel Sánchez, han explicado cómo fue el vuelo del Miura 1, y como, pese a cambios de última hora y haber perdido el cohete, se considera un éxito.
El Miura 1 voló a la tercera. Pocos minutos antes del despegue desde El Arenosillo (Huelva), se decidió cambiar la trayectoria de vuelo por seguridad, y tras el amerizaje, se perdió la primera etapa al hundirse en el mar.
Según ha explicado esta mañana Raúl Torres, consejero delegado y jefe de Diseño los estudios atmosféricos a lo largo de varios meses recomendaban elegir una trayectoria de vuelo más plana (40 km de altitud) para el Miura 1. Sin embargo, con la confianza de que se pudiese efectuar la inicialmente prevista (hasta lo 80 km de altitud), y con la capacidad de cargar en los sistemas cualquiera de ellas hasta pocos minutos antes del despegue, se esperó hasta casi el último minuto para elegir la definitiva.
El motivo, como decimos, fue meteorológico y el peligro de que los vientos, especialmente en los primeros 6 km de ascenso, pudiesen desestabilizar al Miura 1 y llevar a su destrucción, o a que se saliese de su trayectoria y pudiese caer fuera del área de seguridad.
De hecho, en las imágenes del vuelo, se ve como, en su fase subsónica, el cohete oscila en su eje vertical, girando brevemente a un lado y otro. Según creen en PLD Space, se debió al efecto del viento sobre las aletas estabilazadoras. Una vez pasada la barrera del sonido, estos giros desparecieron. Tras el despegue, en 32 segundos el Miura 1 estaba ya sobre el mar, eliminando el peligro de caer a tierra; y llegó a alcanzar una velocidad de unos 720 metros por segundo, unos 2.600 km/h.
onas d seuridadEl viento también parece estar detrás de la pérdida de la etapa reutilizable del mismo. Tras ocho horas de búsqueda por parte de diversos buques y aeronaves, no se encontró en la zona ningún resto. Según explicó Torres, saben que el paracaídas de frenado se desplegó: tienen telemetría del sistema explosivo que lo libera, y también de que el cohete frenó su descenso. La suposición es que el mismo golpeó la superficie del mar en ángulo en lugar de verticalmente debido al viento que lo arrastró. En el impacto, aunque no se destruyó, si se debió romper algo, permitiendo la entrada de agua en uno de los depósitos de combustible vacíos, produciendo el hundimiento.
Con todo, tanto Torres como Raúl Verdú, director de desarrollo de negocio, y junto Torres co fundador de PLD Space, y Ezequiel Sánchez, calificaron de rotundo éxito el vuelo, que nos ha dejado, como país, a punto de ser el décimo en todo el mundo con capacidad de llegar al espacio por sus propios medios. Recordemos que la frontera con el espacio está establecida en los 100 km de altitud, lugar al que el Miura 1 no está capacitado para llegar por diseño, pero donde si lo hará el Miura 5, el modelo comercial de PLD Space. El Miura 1 es un demostrador para validar tecnologías, y no un lanzador de cargas.
Tanto Torres como Verdú señalaron como el cohete siguió perfectamente la trayectoria prevista, tanto vertical como horizontalmente. Incluso llegó un poco más lejos de lo previsto en las simulaciones, pero aun así cayendo dentro del área de seguridad prevista para ello. Esto se debió a un comportamiento mejor de lo esperado del motor y los cálculos aerodinámicos.
Para ambos, además se recolectaron datos muy valiosos durante la etapa de descenso (reentrada para ellos), que ayudarán a mejorar los modelos de diseño del Miura 5.
Han logrado identificar ya más de 1.000 puntos que permitirán mejorar los sistemas del Miura 5, del que esperan poder hacer las primeras pruebas en tierra este mismo año.
Recordaron que de unos 6.500 lanzamientos espaciales que se han realizado desde el Sputnik 1, solo se han recuperado un centenar de cohetes, y que la mayoría de programas de lanzadores reutilizables, como los Miura, solo se consiguió recuperar el cohete al quinto o décimo lanzamiento.
El vuelo del Miura 1 ha supuesto un coste de 29,7 millones de euros, muy por debajo del coste de otros lanzadores. Y aunque cuentan con un segundo ejemplar ya construido, desde PLD Space están estudiando todavía la telemetría del primer vuelo para decidir si hacen un segundo vuelo de pruebas o pasan directamente al Miura 5.
El Miura 5 por su parte podrá poner en órbita baja hasta 500 kg en órbita polar o 1.000 kg en órbita ecuatorial. Los lanzamientos comerciales, para los que PLD Space ya tiene contratos para los 12 primeros, se realizarán desde el puerto espacial europeo en Guyana Francesa.
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