El satélite español Ingenio, segundo eslabón del vigente Plan Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS), se encuentra en el centro de Airbus Defence and Space en Toulouse (Francia) donde hoy lunes, 17 de junio, comienza la campaña final de ensayos ambientales que debe garantizar su correcto funcionamiento en órbita.
También conocido como SeoSat ‒acrónimo de Scientific Earth Observation SATellite), abandonó la factoría de Airbus DS en Barajas (Madrid) el 10 de junio y llegó al día siguiente a la sede de la multinacional europea en Toulouse, trayecto que efectuó por carretera alojado en un contenedor bajo condiciones especiales de presión y temperatura.
Los técnicos franceses ‒junto con los españoles que acompañan al satélite‒ comenzaron de forma inmediata los trabajos preparatorios para instalar los instrumentos de medida que permitirán iniciar las pruebas que van a verificar el control térmico y su buen funcionamiento en el vacío espacial.
La secuencia de ensayos proseguirá con los largos y exhaustivos test mecánicos, a los que seguirán las meticulosas pruebas de compatibilidad electromagnética de sus distintos equipos a bordo, “todo lo cual prolongará la estancia francesa de Ingenio hasta el mes de septiembre”, ha confirmado a FLY NEWS Oriol Álvarez Trotta, el jefe de proyecto.
Las pruebas ambientales se extenderán por espacio de tres meses, ya que se trata de recrear las extremas aceleraciones ‒superiores a 7g‒, vibraciones, cambios de temperatura de centenares de grados centígrados y efectos de los rayos cósmicos a que se verá sometido el satélite en su conjunto y su hiper sensible sistema óptico durante el despegue y durante su periodo de funcionamiento en el espacio exterior a lo largo de sus siete años de vida previstos.
Una vez de regreso en Barajas y de nuevo bajo la responsabilidad de Airbus DS España ‒contratista principal del satélite‒, el equipo de ingeniería que ha hecho posible que Ingenio sea una realidad efectuará las pruebas finales funcionales y de compatibilidad con el segmento terreno, así como la verificación de los interfaces con el lanzador Vega que lo debe emplazar en órbita. Las comprobaciones “deben asegurar la correcta interconexión entre el satélite, el vehículo lanzador y los sistemas de seguimiento y control desde tierra, una vez que vuele al espacio en torno a la próxima primavera”, resalta Álvarez Trotta.
Ingenio está equipado con una cámara de altas prestaciones y gran resolución compuesta por dos telescopios de 130 kilos y unas dimensiones de 1,5 x 1,5 x 1,5 metros. Desde una altura en torno a los 670 kilómetros captará imágenes de la Tierra en los espectros visible e infrarrojo cercano para su utilización en aplicaciones cartográficas, de gestión urbanística e hídrica, control medioambiental y de vertidos, así como misiones de defensa y seguridad.
Una vez que en entre en servicio, las imágenes ópticas de Ingenio complementarán las imágenes radar que aporta Paz desde que entró en fase operativa a principios de septiembre de 2018. De este modo, España dispondrá de un sistema satelital conformado por una plataforma óptica y otra radar, cuyos datos podrán combinarse para ofrecer mayor resolución y mejor información de la superficie de la Tierra y los objetos dispuestos sobre ella.
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