El COIAE ha presentado en una jornada online su informe sobre sostenibilidad en el sector aéreo.
El Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáutico de España (COIAE) considera que es posible alcanzar el objetivo de la aviación comercial sostenible a medio plazo, entre 20 y 30 años, “pero será necesario la implicación y el esfuerzo de toda la industria aeronáutica, gobiernos y organismos internacionales, así como el de los propios pasajeros”.
Esta es una de las principales conclusiones del Informe sobre sostenibilidad en el sector aéreo, elaborado por dicho colegio oficial y presentado en la Primera Cumbre del Clima del sector aeronáutico español en la que han participado 25 ponentes.
De esta conclusión se extrae que “es factible una aviación civil en la que predomine la propulsión eléctrica e híbrida para el transporte regional y de corto alcance, motores propulsados por hidrógeno para rutas intermedias y de alta capacidad, y vuelos de larga distancia con combustibles sostenibles” según apunto en dicha cumbre Óscar Castro del al Comité de Sostenibilidad del COIAE. Castro explicó que “Existe un amplio abanico de medidas y tecnologías para lograr este objetivo. Sin duda no sabemos cuál será la solución óptima, aunque muy probablemente implique la combinación de diversas estrategias en diferentes proporciones y marcos de tiempo”.
Para lograr esta aviación sostenible en el informe se señala que: “Minimizar la emisión de dióxido de carbono (CO2), es el principal objetivo en este esfuerzo, aunque es necesario considerar también otros elementos, entre ellos los óxidos de nitrógeno (NOX) o la formación de estelas de condensación y nubosidad inducida”. Junto a este, la reducción del ruido generado por las aeronaves es otro importante punto a mejorar.
El informe recuerda que “La industria de la aviación fue una de las primeras en tener un plan coordinado, con hitos claramente establecidos, para hacer frente al cambio climático”, con objetivos a corto, medio y largo plazo marcados ya en 2008 como son lograr mejoras en eficiencia energética del 1,5 por ciento anual hasta 2020, crecimiento neutro en CO2 a partir de ese mismo año, y una reducción de las emisiones netas totales al 50 por ciento para 2050.
Sobre el primer punto, el informe confirma que no solo se ha logrado esa mejora del 1,5 por ciento anual, sino que se ha llegado a cerca del 2 por ciento de media “gracias al desarrollo tecnológico gradual que, va a seguir contribuyendo de manera decisiva a la reducción del consumo de combustible”, según afirmó Encarna Martín, también perteneciente al Comité de Sostenibilidad del COIAE.
Una parte importante de esta mejora se ha logrado mediante la adopción de nuevos materiales más ligeros; el uso de dispositivos como los winglets, y nuevos sistemas de vuelo. Para el futuro se apuesta por innovaciones aerodinámicas como la adopción de superficies que promuevan el flujo laminar, y nuevos desarrollos en las plantas motoras como un aumento de las relaciones de derivación y de presión.
También serán importantes las mejoras en operaciones y control del tráfico aéreo.
Para señalar este descenso en las emisiones contaminantes, el informe recuerda que en cuatro décadas, “la mejora en la eficiencia energética de las aeronaves comerciales ha sido superior al 60 por ciento. Una aeronave de última generación consume de media 3 litros de combustible por cada 100 pasajeros-km. Este valor, y por tanto las emisiones de CO2 asociadas, es equivalente al de un automóvil compacto eficiente”.
Además, se destaca que el sistema europeo de compensación de emisiones (EU ETS) “certificó la reducción de 193 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono relacionadas con el tráfico aéreo entre 2013 y 2020” y que “a nivel global, en 2021 entrará en funcionamiento la primera fase del sistema de compensación de emisiones CORSIA. Incluye a la práctica totalidad de la aviación civil internacional, lo que supone un esfuerzo decidido y de aplicación inmediata para mitigar las emisiones de CO2, provenientes de la aviación comercial. Dentro de este sistema, se bonifica además la implantación extensiva de los combustibles sostenibles”.
Dentro del marco de mejoras aerodinámicas y de eficiencia “hasta los años 2030-2035, el COIAE espera contribuciones tecnológicas significativas con diseños disruptivos como alas atirantadas, ingestión de capa límite y nuevas modalidades de propulsión como son rotores abiertos, motores híbridos y propulsión por hidrógeno”. Ya para 2050 “se sitúa el ambicioso objetivo de reducir las emisiones de CO2 de la aviación a la mitad del nivel de 2005, y que en Europa se amplía hasta emisiones cero. Dentro de este horizonte se pueden alcanzar y aplicar nuevas soluciones técnicas y de diseño revolucionarias, que cubren nuevas configuraciones como las alas volantes o la propulsión eléctrica”.
El uso de combustibles sostenibles podría llevar a una reducción del 40 por ciento respecto a una aeronave actual, mientras que si sumamos las mejoras en la propulsión y la adopción de otros tipos de motores se podrían reducir las emisiones contaminantes en un 70 por ciento, e incluso un 100 por ciento.
Otras importantes medidas para este informe, de cara a lograr una aviación verde o sostenible, es valorar el impacto medioambiental del ciclo de vida completo, incluyendo la evaluación del ruido y otras emisiones, además del CO2. “La economía circular y el ecodiseño, que incluiría acciones como por ejemplo el reciclado integral de las aeronaves o aeropuertos con residuos cero, son enfoques ya en vía de aplicación en la industria aeronáutica”.
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