Por Serafín Escudero Fraile. Green Aircraft – R&T Project Leader and Technical Leader en Capgemini Engineering.
Encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico, el desarrollo industrial y las necesidades sociales y medioambientales es el gran desafío al que se enfrenta el futuro de la industria aeronáutica. Este sector en pleno desarrollo estimaba un crecimiento interanual para las próximas dos décadas del 5% al 10%, aunque con la llegada de la crisis sanitaria experimentó un brusco descenso en los meses de marzo y abril de 2020 llegando a reducirse un 50% el transporte internacional.
Afortunadamente durante 2021 y con las previsiones del próximo año se espera llegar a cifras pre-pandemia en los siguientes años, pero la pregunta ahora se debe centrar en, si queremos que la industria aeronáutica tenga el mismo enfoque que venía trayendo, o si debemos dar un paso al frente para pensar en un sector aeronáutico mucho más verde y respetuoso con el medio ambiente y con la sociedad.
De hecho, por suerte, el sector aeronáutico ya ha decidido. Y en la actualidad vive uno de los momentos más emocionantes de toda su historia, buscando cambiar su huella en el planeta a través de la tecnología y la innovación. Por ello urge la búsqueda de nuevas soluciones más creativas y valientes que hagan que nuestro sector logre contribuir de forma significativa al futuro verde del transporte.
“Urge la búsqueda de nuevas soluciones, más imaginativas y valientes, que hagan que nuestro sector logre contribuir de forma significativa al futuro verde del transporte”.
En los últimos años hemos podido oír hablar mucho del concepto “Avión Verde” sabemos que hay muchas partes interesadas tanto, instituciones públicas como privadas, aerolíneas e investigadores, pero… ¿Qué entendemos por “Avión Verde”? es un concepto holístico que se debe de visualizar desde todas las perspectivas posibles y aplicando una reducción del impacto medio ambiental en todos sus ámbitos: aeronave, infraestructuras, uso, fabricación y reciclado, solo así, lograremos la excelencia en sostenibilidad.
En Capgemini Engineering estamos llevando a cabo numerosos proyectos para su implantación: desde la creación y diseño de aeronaves eléctricas e híbridas, sistemas embarcados con aprovechamiento del calor de los motores principales, hasta el desarrollo de proyectos centrados en sistemas de propulsión eléctrica. Enfatizando todos ellos alrededor del hidrógeno verde y sistemas no propulsivos avanzados, que desarrollarán la tecnología necesaria para generar toda la electricidad verde que nuestros aviones necesitarán en el futuro.
En esta línea, por ejemplo, la implantación del Cielo Único Europeo es una de las soluciones que contribuirán, para realizar rutas más optimizadas, ya que tiene en cuenta la geodesia, los accidentes geográficos, la rotación de la tierra, las altitudes, el flujo de aire, el clima y la aerodinámica. De esta forma con los mismos recursos podremos optimizar las herramientas empleadas logrando así la reducción de costes y mitigando el impacto medio ambiental, durante el uso de las aeronaves convencionales y verdes.
Hidrógeno verde, el futuro sostenible
En Europa se está haciendo una gran apuesta por el Hidrógeno Verde, y es que el hidrógeno siendo un vector energético, resultará tan sostenible como sea la fuente de energía que lo produce, es decir, si en lugar de obtenerlo del carbono lo producimos a través de energías renovables será un combustible sostenible, ligero y muy reactivo. En Capgemini Engineering pensamos que este combustible será clave para el sector aeronáutico de las siguientes décadas, entre otros usos, para la creación de microturbinas o turbinas de gas y para las pilas de combustible de aeronaves medianas y pequeñas.
Actualmente no sabemos cómo será el futuro, o qué tecnologías ganaran la batalla para conseguir ser las elegidas por la industria, pero sí tenemos claro el objetivo, su finalidad: debemos hacer compatible el crecimiento del tráfico aéreo siendo respetuosos con el medio ambiente. Según los objetivos de ACARE en Europa para 2050 deberemos de reducir entorno al 75% las emisiones de CO2 y un 90% de NOx.
Estos objetivos a priori pueden parecer lejanos, pero contamos con buenas noticias, pues estamos viviendo un hito histórico donde tanto organizaciones públicas como privadas, están alineadas, y se han dado cuenta de que sí es rentable invertir en sostenibilidad. Además, hay una presión candente por parte de la sociedad que nos empuja y esto, sumado al apoyo recibido por parte de los gobiernos en las numerosas iniciativas que ya se están desarrollando, lo hará posible. Por todo ello, sin duda unidos podremos construir un medio de transporte limpio de emisiones para el medio ambiente, del que toda la sociedad se sienta partícipe.
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